Varsovia. Si bien son países políticamente amigos, un fuerte cruce de declaraciones se produjo entre las máximas autoridades de Polonia y de Israel debido a que el Estado europeo impulsa una ley que contempla penas de cárcel por el uso del término “campos de exterminio polacos”. Se trata de una iniciativa en la que está en juego, según ambas partes, la “verdad histórica” sobre el Holocausto.
Tras dos días de tensiones, los primeros ministros de ambos países, Mateusz Morawiecki y Benjamin Netanyahu, abordaron el asunto en una conversación telefónica el lunes y acordaron establecer contactos inmediatos.
Morawiecki insistió en el mensaje que comunicó a Netanyahu: “Polonia fue atacada y ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que no hay duda de que los polacos no fueron de ningún modo responsables del Holocausto”.