Cuando Amanda Wood llegó a pesar 170 kilos se dio cuenta de que debía cambiar sus hábitos de forma urgente.
Son conocidos todos los riesgos que provoca la obesidad, como así también las dificultades con las que muchas veces se encuentran las personas que necesitan bajar de peso.
Más allá de la cuestión estética, el exceso de peso atenta contra la calidad de vida e incluso puede poner en riesgo la vida misma cuanto mayor sea el número de kilos acumulados.
En 2015 la balanza de Amanda Wood llegó a marcar 170 kilos y fue el indicador de que debía hacer algo de forma urgente porque estaba harta de sentirse continuamente fatigada y ser invisible a los ojos de los demás.
Así es que, a sus 37 años decidió consultar a un especialista en nutrición que le dio tres consejos que fueron la clave para su tratamiento y que le permitieron adelgazar cien kilos en dos años.
Los consejos de su nutricionista fueron:
1- Controlar las porciones y la ingesta de calorías.
2- Complementar la dieta con ejercicio.
3- Fijarse objetivos razonables a corto y medio plazo.
Amanda recuerda que estas tres simples indicaciones de su médico fueron las que le permitieron ordenarse, empezar a perder peso y mantener una conducta saludable en la actualidad: “Trato de balancear de la siguiente forma los macronutrientes: 35% de mi ingesta de calorías diarias son carbohidratos, un 25% son grasa y el 40% restante, proteínas”, explicó al sitio Pop Sugar.
En paralelo al control de los alimentos que ingería, Amanda también comenzó a moverse, ya que es sabido que el binomio dieta + ejercicio es el único que funciona. Aunque reconoce que no pudo hacerlo sola y tuvo que contratar a un entrenador personal: “Fue una gran inversión pero ahora ir al gimnasio es uno de mis momentos favoritos de la semana. ¡Me encanta esforzarme para probar nuevos ejercicios y levantar pesas más pesadas!”, relata con alegría.
Amanda reconoce, sin embargo, que el factor psicológico, la fuerza de voluntad, la disciplina y la rutina fueron la otra parte fundamental de su tratamiento. “Es más fácil proponerte bajar 3 kilos que 90”, sentencia con seguridad.
Amanda, o Mandie como la llaman sus amigos, sabe que aún le queda un trecho por recorrer y que la clave es hallar el equilibrio, construir una relación más sana con la comida y aprender a quererse a sí misma en el momento presente, no una vez que haya logrado su objetivo: “Personalmente preferiría tomarme más tiempo para llegar a mi peso ideal y mientras tanto disfrutar de la vida, que perder una gran parte de mi vida rápidamente por cumplir mi objetivo”.