Un informe de la Sociedad Rural de Chajarí sostiene que los frutos de naranjas están demasiado pequeños para su comercialización. Tres de cada cuatro plantas están afectadas por la falta de agua.
Normalmente, durante los meses de verano, las naranjas suelen aumentar en verdulerías y supermercados por cuestiones estacionales: son meses de baja producción en Argentina.
Sin embargo, este año el fenómeno de aumento de los precios podría extenderse más de lo usual, debido a la fuerte sequía que afecta a todo el país y que tiene a Entre Ríos, una de las principales productoras de cítricos del país, como una de las provincias más afectadas.
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) difundió un informe que el presidente de la Sociedad Rural de Chajarí, Héctor Reniero, elevó al intendente de esa ciudad, para relatar los problemas que vive esa región por la sequía.
Citricultura
Según el reporte, entre enero y febrero suelen llover 242 milímetros, y este año cayeron sólo 54. En la citricultura, el impacto se siente en que “al no llover en los meses más importantes para el desarrollo de los frutos, los mismos quedan chicos y no aptos para su comercialización (ni siquiera para industria)”.
“Además, gran cantidad de frutas se han quemado por el sol y las variedades (de naranjas) más tempranas (Okitsu y ombligo), no estarán listas en tiempo y forma para su comercialización”, advierte el documento.
Según Reniero, esto ya está generando consecuencias negativas como que “las cuadrillas de cosecheros no tengan trabajo, como así tampoco los aserraderos, galpones de empaques, estaciones de servicio, etcétera”.
En esa línea, advierte: “de persistir la escasez de precipitaciones, se podrían comprometer las variedades más tardías e, incluso las plantas, se estima que un 70 y un 75 por ciento fueron afectados por la sequía”.
Ganadería
Según la Rural de Chajarí, la falta de lluvias ha afectado el crecimiento de los pastizales. “No sólo que no se acumuló pasto para el invierno, sino que ni siquiera alcanza para alimentar al ganado en este momento. En la actualidad la hacienda no tiene el recurso forrajero disponible, los campos están secos y las aguadas naturales muy complicadas por el barro, donde entran los animales débiles y no pueden salir. Además no proveen la cantidad suficiente de agua que requiere el animal”, alerta el informe.
Y añade: “Seguramente, las próximas pariciones de junio en adelante van a ser pobres debido a que no hay celo en la época de servicio, por lo que la próxima zafra de terneros va a ser escasa”.
Agricultura
El informe subraya el problema con los sorgos forrajeros, que apenas llegaron a un metro de altura y luego no se siguieron desarrollando: van a rendir entre 20 y 30 quintales por hectárea, cuando lo normal es un rinde de 50 a 70 quintales.
En cuanto al arroz, el problema no es tanto la actual campaña, en que se estima una buena cosecha, sino en la próxima. “Al no entrar agua a las represas durante todo el verano, se podría complicar la siembra para la próxima campaña, esto se acentuaría con los grandes costos de electricidad y combustibles”, indica el informe.