Aunque siempre nos preocupa que se vean bien, hay veces que nos olvidamos de su completa preservación
Las uñas deben ser fuertes, brillosas y verse prolijas. Sin embargo, no siempre las uñas de los dedos de las manos y los pies se ven así.
Muchas veces se deforman o tienen mal color. Hay que tener en cuenta además que este tipo de alteraciones pueden ser síntomas de una enfermedad –aunque no siempre–, por lo que conviene consultar con un dermatólogo
Cuidado con los cambios de forma o de color
La función de las uñas es, en primer lugar, de protección. A veces las uñas cambian de color o se deforman. Esto puede deberse a restos de esmalte de uñas o productos de limpieza agresivos. Los zapatos muy estrechos o muy sueltos también pueden tener consecuencias negativas para las uñas de los pies.
Si las uñas tienen color raro, puede deberse a que se haya habido un pequeño derrame de sangre por una lesión. Sin embargo, si la uña se pone azul y sigue así por mucho tiempo, hay que ir cuanto antes al dermatólogo, ya que en algunos casos se trata de un tipo de cáncer de piel.
Los molestos hongos
Los hongos de las uñas, en cambio, se ven entre amarillentos y marrones. Además, deforman la uña y la vuelven quebradiza. Algunos medicamentos, como los antibióticos, también pueden colorear las uñas. A veces, la alteración en la forma se debe a la falta de hierro.