Tenía 76 años y padecía esclerosis lateral amiotrófica desde los 21; “Mi objetivo es simple. Es entender completamente el universo, por qué es como es y por qué existe”, había dicho una vez.
Físico, cosmólogo, divulgador. Tan conocido por su historia como por su trabajo. Stephen Hawking murió esta madrugada, a los 76 años, en su casa de la ciudad de Cambridge, Reino Unido, según confirmaron sus hijos en un comunicado.
“Estamos muy tristes porque nuestro querido padre murió hoy. Fue un gran científico y un hombre extraordinario cuyo trabajo y legado continuarán. Su coraje y persistencia y su inteligencia y humor inspiraron a muchos en el mundo”, declararon Lucy, Robert y Tim Hawking en un comunicado publicado por la agencia británica Press Association.
Hawking padecía la enfermedad degenerativa de Charcot, también conocida como esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa paralizante que le había sido diagnosticada cuando tenía 21 años. Llevaba décadas postrado en una silla de ruedas, con respirador artificial, y solo podía controlar un músculo de su cuerpo, de la mejilla, lo que le bastó para comunicarse mediante una computadora que interpretaba sus gestos faciales y los traducía a una voz electrónica que se convirtió en su carta de presentación.