Por primera vez, un megaestudio probó que perder la riqueza personal puede aumentar el riesgo de muerte.
Se podría llegar a consensuar, a grandes rasgos, que el dinero no hace la felicidad pero, sin duda, ayuda a encontrarla. Es decir, es necesaria pero no suficiente. Tal vez. Sea como fuera, lo cierto es que el tema económico influye en el estado de ánimo. Está probado el estrés ocasionado por los problemas económicos. Lo que no se sospechaba, hasta ahora, era que perder el dinero que uno posee podría aumentar significativamente el riesgo de muerte.
Sucede que por primera vez, un equipo de investigadores de la Northwestern Medicine en Illinois y la Universidad de Michigan en Ann Arbor (EE. UU.) ha demostrado que perder riqueza personal puede acortar la vida. A lo largo de los años, varios estudios han investigado la relación entre la riqueza personal y la salud. En general, las personas más ricas tienden a vivir más tiempo que las personas pobres pero las razones que lo explican son complejas.
La pérdida de la riqueza puede llevar a la muerte.
Este estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista JAMA, es el primero en observar la relación entre el choque de riqueza negativo y la esperanza de vida. Encontró que en un período de 20 años, más de una cuarta parte de las personas de mediana edad y mayores en los Estados Unidos experimentaron “resultados negativos” ante un “choque de riqueza”.
El impacto del saldo negativo
El choque de riqueza negativa se definió como la pérdida del 75% de la riqueza personal de un individuo en el transcurso de 2 años. Aunque las pérdidas se dispararon durante la Gran Recesión (de 2007 a principios de 2010), esta cifra fue persistente en todos los tipos de clima económico.
Los investigadores también midieron los resultados de salud para individuos con pobreza de activos o pobres, definidos por los autores del estudio como “valor neto total cero o negativo al ingresar al estudio”.