Efectivos policiales allanaron dos viviendas, detuvieron a cuatro sospechosos y secuestraron un automóvil.
La policía realizó varios allanamientos, luego de una denuncia por parte del encargado de seguridad del casino de Victoria, que motivó el accionar judicial. Los efectivos detuvieron a los cuatro sospechosos y secuestraron un auto modelo C4. Según especificaron fuentes policiales al diario Uno, el personal policial de la Jefatura Departamental Victoria, junto a la División Delitos Económicos de la Policía de Entre Ríos, desarrollaron un proceso investigativo durante varios días para desarticular una banda dedicada a cometer estafas en casinos de juegos de azar.
Confirmaron que los integrantes de la banda son varones y mujeres mayores de edad, oriundos de Córdoba y Buenos Aires. Se logró identificar y notificar del proceso judicial iniciado a cuatro personas.
Los pesquisas tratan de dilucidar el ardid que utilizaban para alterar el funcionamiento de las máquinas de juegos, lo cual les permitía siempre obtener abultadas sumas de dinero en concepto de ganar en las operaciones de la suerte.
Los procedimientos policiales consistieron en requisa de un automóvil Citroën C4 que utilizaban para desplazarse; como también al allanamiento de dos inmuebles ubicados en Victoria. Incautaron una suma de dinero en efectivo de curso legal superior a los 50 mil pesos y se secuestraron varios aparatos de telefonía celular que serán sometidos a diferentes pericias por técnicos especializados. De los primeros informes obtenidos se sabe que la banda habría actuado en Misiones cometiendo el mismo delito.
Cómo operaban
Las pesquisas confirmaron que mediante un ardid que los delincuentes utilizaban lograban alterar el funcionamiento de las máquinas de juegos, lograron alzarse con una importante suma de dinero.
Trascendió que estas personas introducían un elemento similar a un alambre acerado en el cilindro de la ruleta para poder manejar en qué sector, columna y color saldrá el numero favorecido.
Se constató que gracias a los registros de las cámaras de seguridad ubicadas sobre las máquinas de ruletas electrónicas, estas personas —en horas de la madrugada— realizaban apuestas de bajo valor y en ciertos momentos, las mismas eran elevadas; consecuentemente el grupo era favorecido con cuantiosas sumas que ascendieron durante la semana a más 50 mil pesos en efectivo.