Los bombardeos de EE.UU., Francia y Reino Unido destruyeron tres objetivos estratégicos, pero se registraron apenas tres heridos.
Esto indica que hubo contactos con Rusia antes del operativo y que la acción militar fue más simbólica que real.
También, un mensaje a Putin.
Más que una verdadera pelea, parece capoeira. La simulación de una pelea sobre el escenario sirio. Una lluvia de misiles dejó como víctimas apenas tres heridos. Un régimen experto en victimizarse mostrando cuerpos destrozados esta vez no tenía muertos para describir el “crimen” sufrido. Ese no parece el resultado de un ataque con pretensión demoledora.
Los voceros del Pentágono y de la Casa Blanca que negaron contactos previos para avisar a Rusiade la acción en marcha mintieron. Poco después de esas falsas afirmaciones, trascendió que Emmanuel Macron había hablado con Vladimir Putin para anunciarle el plan en marcha. Seguramente hubo también avisos estadounidenses. Moscú debía saber cuáles serían los blancos atacados, para que no hubiera rusos en ellos. Y si Moscú sabía cuándo y dónde, lo informó de inmediato al régimen sirio. Por eso no hubo muertos, ni sirios ni rusos, en los tres sitios devastados.
Las impredecibles consecuencias de un ataque que verdaderamente tuviera por objetivo castigar al régimen de Bachar al Asad y sus aliados parecen haber persuadido a los atacantes de que, al menos por el momento, es preferible escenificar una acción militar con más valor simbólico que real.
De todos modos, no es un acontecimiento menor. El ataque norteamericano, británico y francés equivalió a golpear la mesa para recordar a Rusia que las potencias de Occidente tienen algo que decir sobre la posguerra en Siria.
Para que el mensaje sea escuchado, había que mostrar nuevos armamentos, como los misiles norteamericanos JASSM, además de refrescar la memoria sobre el poder de los Storm Shadow lanzados desde los Tornado británicos, o el poderío del B-1. Estas naves supersónicas estadounidenses, más que realizar ataques, se exhibieron en la atribulada madrugada siria. La demostración de fuerza tuvo por objetivo sentarse a la mesa que diseñará el futuro del país arrasado por la guerra civil.