Las vacantes nacionales para investigadores pasaron de 600 a 300. De esos 300 que ingresarán serán 150 para proyectos abiertos y 150 para estratégicos.
Las vacantes nacionales para el ingreso de investigadores al Conicet a bajaron a la mitad. De los 600 que entraron a principios de año, en 2019 ingresarán 300: serán 150 para proyectos abiertos y 150 para estratégicos. También convocarán a ocupar otros 150 cargos en universidades y organismos nacionales que cuenten con menos de 100 investigadores.
Para el director de Conicet Rosario, Roberto Rivarola, la situación es compleja. Al recorte de ingresos se suma la demora en la entrega de dinero para financiar investigaciones y equipamientos, la falta de presupuesto para 2018 y la no designación de un director para el área de ciencias exactas y naturales.
“Desde el año pasado hubo una reorientación de la ciencia hacia la aplicación tecnológica. Se redujeron los puestos accesibles en función de una política de achicamiento. Las más perjudicadas fueron las áreas de ciencias sociales y humanísticas. Es un problema de fondo y de modelo de país”, explicó Rivarola.
Sin caja
El director del Conicet Rosario aseguró que aún no llegó el dinero para financiar los proyectos de investigaciones anuales y de las denominadas unidades ejecutoras (UE). Se trata de proyectos destinados a reunir a la mayor cantidad de investigadores que trabajan en los distintos institutos bajo un objetivo común y potenciar el conocimiento. La primera tanda de proyectos se aprobó 2016 y la segunda en 2017. Reciben financiamiento, equipamiento y personal como becarios o técnicos. Sólo entraron los becarios y el personal de apoyo lo hizo bajo la modalidad de becas post doctorales ya que no hubo dinero para ellos. Los proyectos de 2016 recibieron un cuarto del financiamiento y los de 2017 aun no vieron un peso.
“No se efectivizaron ingresos de dinero. Se retrasa la ejecución de los proyectos y la posibilidad de cumplir los objetivos”, dijo Rivarola.
Tampoco llegó el equipamiento. Rivarola explicó que si bien había sido aprobado por Conicet, la adjudicación pasó a una segunda instancia que dependerá de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.