Fragmentos del motor rompieron una ventana, hiriendo mortalmente a una ejecutiva bancaria, que casi fue succionada por la descompresión. Varios pasajeros enviaron mensajes de despedida a sus familiares.
Todo parecía normal este martes en un Boeing 737 de Southwest Airlines que había despegado del Aeropuerto La Guardia, en Nueva York, rumbo a Dallas, pero una explosión en un motor generó pánico y desesperación entre las 149 personas a bordo (144 pasajeros y cinco tripulantes), drama que terminaría con una pasajera muerta y 7 heridos leves. Las causas de la explosión del motor izquierdo del avión no están claras, pero en ese estallido la turbina perdió gran parte de su cubierta, y el destino se iba a convertir en trágico para Jennifer Riordan, una ejecutiva bancaria madre de dos hijos, que viajaba junto a la ventana en la fila 17, porque allí golpearon algunos fragmentos del motor, rompiendo el fuselaje y provocando una súbita descompresión. Riordan se desmayó de inmediato, bañada en sangre, pero la descompresión hizo que casi fuera succionada por el boquete y otros pasajeros debieron sostenerla para que no cayera al vacío, en una escena del peor “cine catástrofe”.
Las máscaras de oxígeno bajaron por la descompresión y el avión cayó centenares de metros en segundos que pasajeros eternos, con muchos pasajeros creyendo estar en el preludio de un final inexorable. Las azafatas lloraban y a tal punto llegó la desesperación general que fueron varios los viajeros que comenzaron a grabar videos de despedida a sus familiares, sintiéndose al filo de una muerte que parecía inminente.
La pericia de la comandante, una mujer que según se testimonió luego al escuchar las conversaciones con la torre de control nunca perdió la calma, hizo que la máquina consiguiera aterrizar de emergencia en Filadelfia, donde ya se había montado un enorme operativo de socorro, pero no fue posible salvar a Riordan que viajaba junto a la fatídica ventana 17, y además se indicó que otras 7 personas resultaron con heridas leves durante la descompresión.
“Hubo un muerto”, admitió en rueda de prensa Robert Sumwalt, director de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte, sin revelar su identidad. La prensa estadounidense da cuenta de siete heridos leves. El vuelo 1380 aterrizó en el aeropuerto internacional de Filadelfia a las 11h20 local (15h20 GMT) luego de que la tripulación informara de la falla en el motor, el fuselaje y al menos una ventana, indicó la Administración Federal de Aviación. La televisión CBS transmitió el diálogo entre una mujer que parece ser la pilota del avión y un operador de la torre de control del aeropuerto de Filadelfia. “¿Pueden esperarnos los médicos en la pista también? Tenemos pasajeros heridos”, dice la mujer. “¿Está el avión físicamente en fuego?”, le pregunta el operador. “No, no está en fuego pero le falta una parte”, responde la piloto con una voz calma, reteniendo la emoción. “Dijeron que hay un agujero y que alguien se fue”, agregó.
En un comunicado, Southwest confirmó la muerte de una persona y dijo estar “devastada” por “este trágico accidente”. Marty Martínez, un pasajero a bordo, dijo que el motor explotó e hizo estallar una ventana en la fila 17. “¡Algo está mal con nuestro vuelo!, ¡parece que nos estamos cayendo!”, escribió Martínez en un mensaje de video en vivo en Facebook que le muestra con mirada de pánico y respirando con la ayuda de una máscara de oxígeno. “El motor explotó en el aire e hizo estallar una ventana a tres filas de mí. La explosión hirió de manera crítica a una mujer sentada junto a la ventana”, agregó.
“Hay sangre por todas partes”, dijo Martínez al canal CBS News al relatar su aterradora experiencia. Contó que no hubo advertencias de que el avión estaba en problemas. El avión activó el wifi para los pasajeros unos 30 minutos tras el despegue. “Luego súbitamente escuchamos una explosión”, dijo el pasajero. “Hubo un ‘boom’ y en segundos cayeron las máscaras de oxígeno”.
“Pensé que estaba relatando los últimos momentos de mi existencia”, dijo en referencia al video en vivo que publicó en Facebook. “Fue absolutamente aterrador”, graficó. Los pasajeros intentaron en vano cerrar el agujero de la ventana mientras el avión comenzaba a caer y oscilaba en turbulencias. Llorando, los auxiliares gritaban a los pasajeros que se icnlinaran sobre sus rodillas para un aterrizaje de emergencia.
“Fue como una caída libre”, dijo Martínez. “Una experiencia escalofriante”. La mujer que se sentaba al lado de la ventana que estalló recibió impactos de las esquirlas, se desmayó y sangraba, contó. Expertos en aviación trazaron comparaciones en la televisión con otra falla de motor en un vuelo 737 de Southwest Airlines de Nueva Orleans a Orlando en 2016, que terminó con un aterrizaje de emergencia en Pensacola, Florida. “Queremos estudiar este evento en particular y ver qué factores están relacionados con esto. Quizás estén ligados al evento anterior, o no. Pero necesitamos entender qués está pasando aquí”, dijo el jefe de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte.