Jimena Barón está a mil por hora. Se lanzó de lleno, por intuición y gusto, al mundo de la música, dejando en pausa su carrera de actriz, y tras haber metido un hit con La tonta volvió a replicar el ritmo de trabajo que tenía cuando estaba en tiras diarias.
“Mi vida por momentos es agotadora, y un poco con esto que está pasando con la música no hay opción de parar. Pero siempre yo viví así, en quinta a fondo. Soy como una mina intensa, con una vida intensa, y de nacimiento te diría… empecé a trabajar a los 9”, le dice a VOS, mientras baja decibeles para entrar en clima de charla.
Su cable a tierra es “entrenar como una loca”. “Si no lo hago me enloquezco completamente, porque también es mi momento de apagar el celular una hora y bajar el acelere de estar todo el día trabajando”. La agenda de su teléfono, por ejemplo, la tiene compartida con su mánager (también baterista de su banda), quien le organiza y recuerda qué compromisos tiene cada jornada. “El otro día le preguntaba, ‘¿El jueves 16 puedo ir a un cumpleaños?’ ‘A tal hora no’, me respondió. Pero estoy laburando con seriedad para que esto funcione, y hay que hacer un montón de cosas porque no es fácil”.