De todas formas, las tres vertientes del peronismo no tienen los votos suficientes para aprobar cambios; en Cambiemos hay debate interno.
El recinto de la Cámara de Diputados será este mediodía escenario de una pelea cuerpo a cuerpo entre el oficialismo y la oposición en torno a un tema sensible para el Gobierno: los aumentos de las tarifas de los servicios públicos, que, en casos como el del gas, treparán hasta picos del 40 por ciento.
La pelea tendrá dos rounds. El primero estará protagonizado por la oposición, que, convocado por el Frente para la Victoria, llamó a una sesión especial a las 11. Lo sugestivo es que allí confluirán las tres vertientes del peronismo: el bloque kirchnerista, que preside Agustín Rossi ; el interbloque Argentina Federal, que lidera Pablo Kosiner y que responde a los gobernadores del PJ, y el bloque del Frente Renovador, que comanda Graciela Camaño y obedece a Sergio Massa . También suscribieron la convocatoria los puntanos, que responden al gobernador Alberto Rodríguez Saá .
La izquierda se sumará a la sesión especial, junto a Libres del Sur y el Partido Socialista. En buen romance, un amplio abanico opositor dispuesto dejar de lado sus diferencias políticas para acorralar al oficialismo.
Se multiplican en el interior las protestas por los aumentos
En este primer round, la sesión especial tiene como uno de los proyectos a debatir el congelamiento de las tarifas a enero de este año, impulsado por el Frente para la Victoria. Los diputados peronistas no kirchneristas, agrupados en el Frente Renovador y en Argentina Federal, presentarán, en cambio, una iniciativa más moderada, que darán a conocer hoy, en conferencia de prensa.
Difícilmente prospere cualquiera de los dos proyectos, aun cuando la oposición alcance el quorum en el recinto. Sucede que, al no contar con un dictamen previo de comisión, se requerirían los dos tercios de los diputados presentes para aprobarlo. El oficialismo bloqueará cualquier posibilidad y evitará ese riesgo.
Igualmente, el bloque de Cambiemos aparece entrampado. No participará de la sesión especial opositora, pero convocó, para después del mediodía, a una sesión ordinaria para discutir distintos temas de agenda. En este segundo round, la oposición volverá a la carga e insistirá en debatir el problema de las subas de tarifas. El oficialismo está decidido a rechazar cualquier iniciativa contraria a la política impartida por el Gobierno, pero admite, puertas adentro del bloque, que el costo político será importante.
Sin ir más lejos, los dos socios de Pro en Cambiemos, la UCR y la Coalición Cívica, les vienen advirtiendo desde hace tiempo a sus distintos interlocutores del Gobierno sobre el impacto negativo que tendrán los aumentos de las tarifas en el humor de la clase media, donde abundan los votantes de Cambiemos.
La Coalición Cívica y el radicalismo miran el problema con preocupación; a la suba del gas, que tendrá pleno impacto en los meses de invierno, siguen las ya vigentes en el transporte y los peajes, a las que se suman los incrementos en las naftas.
Tal como publicó la nación el lunes pasado, los dos socios presionan al Gobierno para que revea la aplicación de las subas tarifarias. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, presentó un proyecto de pedido de informes, dirigido al jefe de Gabinete, Marcos Peña, en el que le exige saber qué tipo de inversiones están realizando las empresas de servicios públicos y qué acciones están realizando los entes reguladores. Detrás de esta iniciativa, lo que Carrió plantea es la sospecha de que las empresas estén sobrefacturando y que, por parte del Gobierno y los entes reguladores, no se esté controlando debidamente la aplicación de los reajustes.
El radicalismo, por su parte, le presentará esta misma semana al presidente Mauricio Macri una alternativa para moderar el impacto de los aumentos de tarifas. El proyecto corre por cuenta del presidente del Comité Nacional, Alfredo Cornejo. Según trascendió, esa iniciativa propondría prorratear en el tiempo la suba tarifaria del gas para que su mayor peso recaiga en los meses de verano, período en el que se consume menos. “Igualmente sabemos que mañana (por hoy) va a ser un día difícil y que vamos a comernos un ‘sapo’ muy difícil de digerir”, rezongaba, anoche, un importante miembro del bloque de Cambiemos.