El Millonario ganó en Ecuador y sumó tres puntos clave de cara al objetivo de la clasificación. Javier Pinola convirtió el único tanto en la noche de Guayaquil.
iver Plate se impuso a Emelec por la mínima diferencia y pasó a compartir la vanguardia de la zona con Flamengo, al cabo de un discreto encuentro disputado en el estadio “George Capwell”, en el marco de la tercera jornada del Grupo D de la Copa Libertadores de América.
Si bien sobre el final sufrió algunos innecesarios sofocones, la formación de Marcelo Gallardo fue más que su rival en el balance global y se llevó con justicia la victoria.
Las peripecias que atravesó el plantel “Millonario” para llegar a Ecuador parecieron no hacer mella en el ánimo de sus jugadores.
Si bien desde el mismo comienzo del cotejo se advirtió una ligera superioridad del elenco de Gallardo, la misma no pudo hallar correspondencia de manera inmediata en la valla del argentino Dreer.
En su primera llegada River convirtió luego de un centro bien direccionado de Gonzalo Martínez desde la izquierda que encontró la cabeza de Pinola para derrotar a un arquero local que debió salir a interceptar el envío, no solo por su imponente altura sino porque cuando el calvo defensor riverplatense impactó el balón, el mismo se encontraba en el área chica.
Salvo por una esporádica escapada de Marlon de Jesús, a los 32 minutos, que controló Armani valiéndose de su intuición y aprovechando la indolencia del definidor, el conjunto de la banda roja no sufrió más que ese descontextualizado contratiempo en la primera mitad para luego controlar definitivamente el trámite adoleciendo de una evidente falta de profundidad hasta que abrió el marcador.
Un rival que extrañó en demasía a su eterno estratega Fernando Gaibor, hoy en Independiente, no logró casi nunca comprometer a una pétrea línea defensiva “Millonaria”, a la que no se le observaron demasiadas fisuras.
En el complemento el desvaído elenco de Arias intentó nivelar el score, a sabiendas que una derrota prácticamente lo dejaba afuera del certamen, pero una total carencia de cambio de ritmo de tres cuartos de cancha en adelante provocó que su desnortado único ariete quedara en absoluta orfandad ante una zaga riverplatense que salvo por el descuido apuntado se mostró a la altura.
Entre el conformismo de un River que nunca intentó agrandar las cifras pese a que la retaguardia ecuatoriana se mostró permeable y con cierta tendencia a invitar a la agresión de su oponente y un Emelec que no evidenciaba ningún arresto de rebeldía, el cotejo se fue consumiendo entre pases equivocados y bajos rendimientos individuales.
Tal estado de quietud fue alterado a segundos del final por una equivocación de Pinola que dejó en soledad al errático De Jesús, quien luego de llevarse la pelota con la mano no pudo nuevamente con Armani, quien salvó la situación con una tapada consagratoria.
Apenas el buen partido del experimentado Pinola, quien estuvo a punto de arruinar su buena faena con dicho yerro final y la seguridad de Armani, las pocas veces que resultó exigido, le bastaron al cuadro del “Muñeco” para doblegar a un adversario que algo tardíamente se acordó de vender cara su derrota.