En el plan de reducción progresiva, los derechos de exportación para los principales derivados (incluidas las harinas) quedarían en 15 por ciento al término del actual mandato de Macri.
El gobierno decidió cerrar más la brecha que existía entre las retenciones al aceite de soja y las de su principal derivado, el biodiésel, al elevar la alícuota para los embarques de este combustible renovable del ocho al 15 por ciento a partir del 1° de julio.
Como en los últimas horas diferentes funcionarios del Poder Ejecutivo y hasta el propio presidente Mauricio Macri confirmaron la continuidad del cronograma de reducción de derechos de exportación (DEX) para el complejo sojero, las retenciones al aceite y la harina de soja deberían confluir con el 15 por ciento que tributará ahora el biodiésel en diciembre de 2019, sobre el final de este período presidencial.
“De acuerdo con la reducción progresiva de la alícuota del derecho de exportación del aceite de soja establecido en el Decreto 1343/16, resulta necesario continuar propiciando la convergencia entre los derechos de exportación de dicho producto y el del biodiésel”, afirma el decreto 486/2018 publicado en el Boletín Oficial con la firma del presidente Macri y de los ministros Marcos Peña, Francisco Cabrera, Juan José Aranguren y Nicolas Dujovne.
Hasta diciembre pasado, el diferencial de retenciones entre el aceite de soja y el biodiésel había sido de 27 puntos, ya que los embarques del biocombustible tributaban cero de retenciones y los de su principal materia prima, el aceite, soportaban una tasa del 27 por ciento. Esta situación provocó que las exportaciones de biodiésel fueran récord ese año.
Pero a partir de allí, el Gobierno decidió elevar las retenciones del biodiésel primero al ocho y ahora al 15 por ciento, mientras que los DEX del aceite de soja se van reduciendo paulatinamente medio punto por mes y actualmente se ubican en 24,5 por ciento.
Brecha
En la actualidad, así, el diferencial de retenciones a favor del biodiesel se ha reducido a cerca del 10 puntos porcentuales y para el final de la gestión macrista, si se mantiene ese ritmo, ambas alícuotas deberían confluir en el 15 por ciento.
La existencia de tan elevada brecha entre las retenciones de uno y otro producto hasta fines de 2017 habían sido el argumento central que utilizó Estados Unidos para acusar de “dúmping” al biodiésel argentino y para imponerle aranceles de más del 65 por ciento, que lo dejaron directamente fuera de ese mercado.
Proceso en la UE
A su vez, con el mismo argumento, la Comisión Europea confirmó el inicio de un proceso de tres meses para el recálculo de nuevos aranceles antidúmping que se impondrían al biodiésel argentino, a partir de un reclamo de los productores de ese bloque.
La decisión del Gobierno de comenzar a cerrar esa brecha es un intento por evitar nuevas sanciones, en especial de Europa, ya que ese mercado se ha convertido en el principal cliente para el biodiésel argentino luego del cierre de Estados Unidos.
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), confirmó a la agencia Télam que, en lo que va del año, la Argentina ha logrado colocar en el mercado europeo unas 600.000 toneladas de biodiésel, pero aclaró que esos negocios corren peligro en el segundo semestre por la imposición de mayores retenciones.
Connotación fiscal
“La medida tiene una connotación claramente de recaudación fiscal, aunque no vemos que en los próximos meses las ventas de biodiésel vayan a justificar esta decisión”, evaluó el directivo de una de las principales compañías exportadoras; añadió que la suba al 15 por ciento de los DEX y la probable suba de aranceles de ingreso a la UE “claramente van a deteriorar las condiciones de exportación”.
Daniel Lema, del Instituto de Economía del Inta, también evaluó que con esta medida el Gobierno busca mejorar la recaudación. Pero consideró que el principal objetivo es “reducir la brecha entre el biodiésel y el aceite de soja, para así ir disminuyendo la distorsión que existía”.
El experto desestimó que esta suba de retenciones vaya a dejar al biocombustible argentino fuera de mercado y recordó que cuando se comenzó a exportar biodiésel, en 2011, el nivel de retenciones efectivas sobre el producto era semejante al de ahora, del 15 por ciento.