La prevalencia de cálculos renales se ha incrementado en más de un 70% en las últimas tres décadas. Y parece que los antibióticos orales tienen gran parte de culpa, sobre todo en niños
Los cálculos renales o ‘piedras en el riñón’ son unas masas sólidas que se producen por la cristalización de las sales minerales que se encuentran en la orina y que, una vez alcanzan cierto tamaño, pueden quedar ‘atrapadas’ o ‘incrustadas’ en los riñones o en el tracto urinario. El resultado es que estos cálculos obstruyen los conductos urinarios, por lo que los afectados pueden presentar dificultades para miccionar y, sobre todo, dolor, cuya intensidad es directamente proporcional al tamaño de la ‘piedra’. Pero, ¿cuál es el origen estos cálculos que, además, son cada vez mucho más comunes? Pues, por lo general, la dieta, que puede provocar un desequilibrio en la composición de la orina y provocar la formación de estas piedras. Pero no todo tiene que ver con la alimentación. De hecho, un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (EE.UU.) alerta que el consumo de antibióticos orales aumenta, y mucho, el riesgo de aparición de cálculos renales. También en niños.
Como explica Gregory E. Tasian, director de esta investigación publicada en la revista «Journal of the American Society of Nephrology», «la prevalencia general de cálculos renales ha crecido un 70% a lo largo de los últimos 30 años, siendo este crecimiento especialmente pronunciado entre los adolescentes y las mujeres jóvenes. Además, las piedras en el riñón en los niños eran muy infrecuentes en el pasado».
Y en este contexto, como indica Michelle Denburg, co-autora de la investigación, «es cierto que las razones para este incremento permanecen desconocidas, pero nuestros resultados sugieren que los antibióticos orales están jugando un papel, sobre todo cuando tenemos en cuenta que se están prescribiendo antibióticos orales en mayor medida a los niños que a los adultos».
Cálculos infantiles
En el estudio, los autores analizaron los historiales médicos de 13 millones de niños y adultos atendidos en las consultas de médicos de Atención Primaria de Reino Unido entre los años 1994 y 2015. Y más concretamente, se centraron en los historiales de cerca de 260.000 participantes –pediátricos y adultos– diagnosticados de cálculos renales y los compararon con los de otros 260.000 pacientes que, de la misma edad y sexo, no habían sufrido estas piedras en el riñón –el consabido ‘grupo control’.
Los resultados mostraron una clara asociación entre el diagnóstico de cálculos renales y el consumo de cinco tipos de antibióticos orales: sulfamidas, cefalosporinas, fluoroquinolonas, nitrofurantoína y penicilinas de amplio espectro. Sin embargo, el riesgo de piedras en el riñón varió, y mucho, en función del antibiótico administrado. De hecho, esta probabilidad, ‘solo’ un 27% mayor en caso de recibir tratamiento con penicilina, fue más de dos veces superior con las sulfamidas.
El cambio en el patrón de prescripción de antibióticos podría disminuir la actual epidemia de cálculos renales en niños
Es más; de acuerdo con los resultados, el riesgo de cálculos renales asociado a los antibióticos orales fue mucho mayor en los niños y adolescentes que en la población adulta. Y si bien resultó sobre todo más acusado durante el periodo posterior al consumo del fármaco y se disipó con el tiempo, se mantuvo relativamente durante varios años.
Como indican los autores, «es bien sabido que los antibióticos alteran la composición del microbioma humanos, esto es, la comunidad de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo. Y asimismo, que las alteraciones en el microbioma intestinal y urinario se han asociado con la aparición de piedras en el riñón, si bien ningún estudio previo había revelado esta asociación entre el empleo de antibióticos y los cálculos renales».
Prescribir con mesura
Y este incremento de la prevalencia de cálculos renales, ¿puede esperarse que se revierta, o cuando menos se desacelere, en los próximos años? Pues parece que no. Y menos aún en el caso de los niños.
Como apunta Gregory Tasian, «algunas investigaciones han mostrado que hasta un 30% de las prescripciones de antibióticos en las consultas médicas son ‘inadecuadas’, así como que los niños reciben más antibióticos que cualquier otro grupo de edad».
De ahí la importancia de las nuevas evidencias, cuando menos en lo que respecta al riesgo de incrustaciones en las vías urinarias. Como concluye el director de la investigación, «nuestros hallazgos refuerzan la necesidad de que los médicos sean cuidadosos a la hora de prescribir correctamente los antibióticos. No en vano, sugieren que esta prescripción representa un factor de riesgo y que el cambio en los patrones de prescripción podría disminuir la actual epidemia de cálculos renales en los pacientes pediátricos».