Una de las idas y vueltas de la obra; en este caso, el cuadro es repuesto en el Salón de los Pasos Perdidos.
A fines del siglo XIX la familia Alice pasaba serias dificultades económicas y uno de los hijos, Antonio, decidió ayudar trabajando de lustrabotas. En los ratos libres dibujaba y pintaba. Uno de sus clientes, Cupertino del Campo, lo vio y le ofreció estudiar con el pintor italiano Decoroso Bonifanti, quien lo llevó a la Real Academia de Turín. Así comenzó la carrera del pintor argentino Antonio Alice.
El artista es el autor de Los constituyentes del 53, cuadro que se encuentra en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso Nacional. Alice quería representar, casi como una foto, el momento en que el diputado por Santa Fe Francisco Seguí instó a la aprobación de la nueva Constitución Nacional. El hecho histórico sucedió el 21 de abril de 1853 en la sala capitular del Cabildo de Santa Fe.
Con semejante propósito, y sin que nadie le hubiera solicitado la obra, comenzó a pintarla en 1922. Para ese entonces era un artista consagrado ya que había ganado el Certamen Internacional del Centenario, en 1910, con la obra La muerte de Güemes. Tardó doce años en terminar Los Constituyentes del 53. Para ello recorrió archivos y museos y viajó a Santa Fe en reiteradas oportunidades con el fin de investigar especialmente cómo habrían sido la sala y el mobiliario, ya que el Cabildo había sido demolido en 1908.
El 20 de agosto de 1942, el Congreso Nacional autorizó al Poder Ejecutivo a comprar el cuadro. Alice murió un año y cuatro días después. Entre medio, el 16 de abril de 1943, colgaron la obra en el Salón de los Pasos Perdidos.
En 1956, por ejemplo, una Comisión Provisional Investigadora solicitó que fuera trasladado al recinto de la Cámara de Diputados de la capital homónima. El director del Museo Provincial de Santa Fe, Horacio Caillet Bois, les había proporcionado una carta en la que expresaba que él mismo había acompañado a Alice cuando visitó, por primera vez, esa ciudad, en 1922. Ambos fueron a la Legislatura y, “al ver el panel desnudo, entonces, sobre el estrado presidencial, tuvo la inspiración de componer el cuadro que lo haría célebre”. Afirmaba también que Alice había expresado su voluntad de que el cuadro se afincara en ese recinto legislativo.
Ese mismo año, el diputado José Pérez Martín, que ya había tentado suerte siete años antes, también insistió con el reclamo. Las iniciativas del diputado provincial, Decio Ulla y del doctor Aldo Tessio también cayeron en saco roto en 1958. El reclamo se repitió en 1962.
El cuadro, sin embargo, fue llevado a Santa Fe en 1973 en ocasión de los cuatrocientos años de la fundación de dicha ciudad. Pero no pudo ser retenido. A su regreso, incluso, el camión que transportaba la tela, de 5,42 metros de ancho por 3,60 de alto, tuvo un accidente y la tela se deterioró.
Joaquín V. González, quien había apadrinado la carrera de Alice, decía que esta gran obra debía ser conservada en la capital y sede de las convenciones, es decir, Santa Fe. Finalmente, en 2011, en el mismo espacio que había sido destinado para ubicar el cuadro en la legislatura de dicha provincia, se descubrió el mural La Constitución guía al pueblo, del artista Guillermo Roux. La disputa terminó 68 años después. La obra de Alice reposa aún en el Congreso Nacional.