Solemos aceptar socialmente que existe una adicción a sustancias como la nicotina o las drogas ilegales.
Pero si de sexo se habla, no hay en la actualidad un consentimiento entre los expertos sobre si realmente se trata de una enfermedad necesitar tener relaciones con mucha frecuencia.
En el Reino Unido, la adicción al sexo no es un diagnóstico clínico, por lo que no hay cifras de cuantas personas consultaron por este problema, según indica la BBC. Los editores del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, una herramienta de diagnóstico fundamental para ese país y el Estados Unidos, consideraron incluirla, aunque no lo hicieron por falta de evidencia. Pero sí se propuso sumar el término “comportamiento sexual compulsivo” en la Clasificación Internacional de Enfermedades, manual producido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un estudio de 2014, de la Universidad de Cambridge, había mostrado que la actividad cerebral en los “dependientes sexuales” cuando miraban pornografía era similar a la de los dependientes a las drogas cuando le mostraban su sustancia preferida. Con todo, creer que alguien puede ser “adicto al sexo” depende de lo que es considere que es una adicción.
Frederick Toates, profesor emérito de la Universidad Abierta de Reino Unido, señala que hay dos características clave que distinguen a una adicción: por un lado, la búsqueda de recompensa o placer, y por otro, la existencia de un conflicto en torno a este comportamiento. La gente que la sufre, busca ganancia en el corto plazo, incluso si esta es menor que la pérdida en el largo plazo.
La psicóloga Harriet Garrod cree que un comportamiento se vuelve una adicción cuando alcanza un nivel de intensidad tal que provoca un daño en el individuo y en quienes lo rodean.
Por su parte, la psicóloga clínica Abigael San cree que el comportamiento sexual puede ser adictivo cuando hay un problema subyacente como depresión, ansiedad o trauma y recurre al sexo como mecanismo para lidiar con este problema. Con todo, no está convencida de que catalogarlo como adicción sea de ayuda para esta gente.
Por último David Ley, terapeuta sexual y autor de “El mito sobre la adicción sexual” sostiene que equiparar “el sexo o la masturbación al alcohol y a las drogas es absurdo”, ya que la gente dependiente de esas sustancias “puede morir por abstinencia”. Por último indica que el concepto de adicción al seo está basado en “valores morales”.