Autoinmune, crónica e inflamatoria son tres de sus características, pero la esclerosis múltiple representa hoy mucho más que eso. Se trata de la enfermedad no traumática adquirida más discapacitante en el adulto joven, es decir, entre los 20 y los 40 años de edad, con mayor prevalencia en el sexo femenino, ya que la mujer presenta más susceptibilidad a las enfermedades inmunológicas.
La mielina, sustancia que recubre nuestras fibras nerviosas y posibilita la transmisión del impulso nervioso a mayor velocidad y sin dificultades, es uno de los componentes del sistema nervioso central afectados por la esclerosis múltiple. Si bien, en una primera etapa, este trastorno autoinmune provoca un proceso inflamatorio, en una instancia posterior, y al producirse daño en la mielina, se genera una interrupción de los mensajes transmitidos entre el cerebro o la médula espinal (dependiendo de la zona afectada) y el resto del cuerpo. Esto provoca que la transmisión neurológica se desacelere o se bloquee, lo que hace que disminuya o se elimine tal función.
Virus atacando células nerviosas. (Sanatorio Allende)
Pese a la identificación de diversos factores vinculados a la genética y al medio ambiente como posibles causales, el origen de la esclerosis múltiple aún resulta desconocido y complejo.