Una no podía no llevar adelante un embarazo y la otra le ofreció su cuerpo para que cumpliera su deseo más grande.
Como muchas parejas, Katelin Buchanan y su marido, ambos originarios de California (EE.UU.), intentaban desde hacía más de tres y año medio convertirse en padres sin éxito.
Frente a ese panorama, fue que decidieron dirigirse a una clínica de fertilidad donde probaron diferentes métodos.
Primero, intentaron con un procedimiento de inseminación intrauterina y más tarde con una fertilización in vitro. Pero ninguno de los tratamientos dio resultado, y tras el quinto aborto espontáneo de Katelin en enero de 2017, los médicos le dieron el peor diagnóstico: aunque desconocían con exactitud la causa, su cuerpo no estaba preparado para llevar adelante un embarazo.
En ese mismo momento fue cuando los especialistas le sugirieron al matrimonio la posibilidad de recurrir a una madre subrogante, un procedimiento autorizado en los Estados Unidos y algo que habían descartado en 2015 cuando Erica Huston-Elem, la mejor amiga de Katelin, se había ofrecido a prestarle su vientre para que pudieran hacer realidad su sueño más grande.
Pero ante la falta de alternativas, el matrimonio volvió a analizar esta posibilidad.
“Para ese entonces, mi marido y yo lo tuvimos claro: era hora de aceptar la oferta increíblemente generosa que Erica nos había hecho”, relató Katelin en una nota que escribió en su blog personal relatando el proceso que vivió en los últimos meses.
“Yo ya estaba agotada de intentarlo y supe que la manera más segura de convertirme en madre era haciendo que nuestro bebé creciera en el cuerpo de mi mejor amiga”, agregaba en este mismo texto.
Erica, quien ya tenía una de niña de ocho años y un niño de cinco años, nunca dudó de que ella era la indicada para llevar adelante el embarazo. La amistad entre las dos mujeres se remonta a cuando eran tan solo unas niñas, ya que sus propias madres también fueron inseparables.
“Cuando supe que podía hacer algo más para ayudarla y llevar su bebé en mi cuerpo enseguida me sentí preparada y dispuesta para hacerlo”, confesó en una entrevista reciente quien terminó convirtiéndose en la madre subrogante.
En la primera transferencia de embriones, Erica no quedó embarazada. Pero el segundo intento fue un éxito, y en marzo de 2018 la mujer terminó dando a luz a los mellizos de su alma gemela: Oliver Daniel y Poppy Elizabeth.
“Ver a Katelin tan feliz con la llegada de los bebés ha sido uno de los momentos más felices de toda mi vida”, sintetizó Erica, quien difícilmente puede contener la emoción de ver crecer a los recién nacidos.