Un hombre mató de un disparo a una perra en Córdoba, aparentemente furioso porque se había comido su asado.
Fue en el barrio Ituzaingó de la capital cordobesa. Con varios niños jugando al fútbol en la calle, un adulto habría salido de su patio y acusó a “Kika”, la perra en cuestión, de robarle su carne. Fue entonces que la ejecutó.
El dueño de “Kika” era uno de los chicos que se encontraba en la calle y según contó la madre, Ivana Mansilla, el niño de 10 años habría quedado en un “severo estado de shock”.
La mujer, según publica el diario la Voz, agregó que el hombre –quien sería chofer de colectivo– le dijo al niño que “le pague el asado o limpie la sangre”, y que realizó la denuncia ante la Justicia.