Después de un campeonato angustiante y 120 minutos de sufrimiento en una final, Platense venció a Estudiantes , gritó campeón y consumó su regreso a la B Nacional después de ocho campañas en la B Metropolitana, la tercera división del fútbol argentino. El cabezazo de José Vizcarra, a los ocho minutos del primer tiempo del alargue, le entregó el título al Calamar en un encuentro tan cambiante como el certamen en el que ambos igualaron en la cima con 64 puntos en 34 partidos.
Fue una final nerviosa, de poco fútbol, pierna fuerte, dos expulsados y más de un blooper. protagonizada por dos equipos condicionados por la coyuntura inherente a un desempate, por el barrial en el que se fue convirtiendo el campo de juego con el correr de los minutos pero, principalmente, por sus propios fantasmas del pasado.
La tensión no dejó a nadie indiferente, ni siquiera a las dos hinchadas que fueron contagiándose de los jugadores durante el desarrollo del partido. Tampoco a David Trezeguet, presente en uno de los palcos para alentar al club que lo formó.
Es que tanto Estudiantes como Platense compartían frustraciones similares. Pinchas y Calamares habían observado, una y otra vez, como el retorno a la B Nacional se les escurría entre las manos. Hasta hoy para el club de Vicente López, que enterró la angustia y se desahogó en un festejo sin fin que empezó sobre el césped del Estadio Ciudad de Lanús.
Platense regresará a la B Nacional después de ocho temporadas en la Primera B Metropolitana, un escenario que siempre sintió extraño por su rica historia de 73 años en Primera.
El desahogo llegó después de varias frustraciones. La más resonante y dolorosa fue aquella final del reducido frente a Temperley en el epílogo de la temporada 2013/2014. El equipo de Fernando Ruiz se había impuesto en Vicente López por 1-0 y aguantaba como visitante en Turdera hasta que un zapatazo de Ariel Rojas empató el partido en tiempo cumplido. En los penales, Platense cayó por 5-4 y se quedó sin el ascenso. Cuatro años después tuvo revancha.
Platense construyó su ascenso en la seguridad del ex Racing Jorge De Olivera, en el despliegue en el mediocampo de Hernán Lamberti, en el talento del ex Colón Facundo Curuchet y en los goles de Daniel Vega, el máximo artillero de su historia, y del propio Vizcarra, quien quedará inmortalizado por haber marcado el gol del ascenso. Fernando Ruiz, su DT, logró su segundo ascenso tras lograrlo con Almagro en 2015.
El título de Platense también es una historia de revanchas. De un club que padeció varias decepciones en los últimos años y de un plantel que durante el campeonato sufrió el apriete de su barra tras la derrota como local frente a Estudiantes como local en la 27º fecha.
De un Vega que, ya campeón y entre lágrimas, declaró en el campo de juego: “El año pasado me echaron de acá. Y volví por el amor que le tengo a este club. Otro jugador no hubiese vuelto. Yo vine para esto”. De un Vizcarra que en el reducido de la temporada pasada se había ido expulsado en los cuartos de final frente a Riestra y que, un año después, terminó convirtiendo el gol del ascenso.
“Qué nos queda chica la B, a Primera vamos a volver” cantaron los 7.000 hinchas del Calamar en Lanús, mientras los de Estudiantes marcharon masticando bronca, aún sin poder enfocarse en un reducido que el próximo domingo los enfrentará a Talleres de Remedios de Escalada en los cuartos de final.
Con los hinchas del Pincha en retirada, los jugadores recibieron la Copa de campeón y celebraron su título de cara a su hinchada. Después dieron la vuelta olímpica bajo el grito clásico de “Dale campeón, dale campeón” y se acordaron de Chacarita, a quien enfrentarán en la próxima campaña en la B Nacional.
Platense cumplió el primero de sus dos sueños: se consagró campeón y tendrá, a partir de la próxima temporada, la oportunidad de pelear por un boleto a rumbo a la máxima división del fútbol vernáculo, en la que no participa desde 1999. El sueño pendiente.