La incorporación debe autorizarse junto a otros países que todavía generan debate en la organización.
El ingreso de la Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) deberá esperar un poco más.
Si bien hasta la semana pasada había expectativa de que el ente que agrupa a las naciones más desarrolladas del mundo invitara por estas horas a nuestro país a ingresar, el panorama cambió. Los países miembros con poder de decisión no logran llegar a un acuerdo en cuanto a qué países formarán parte del grupo de invitados. Lo curioso es que esta vez el debate no es si se incorpora o no a la Argentina, sino que la duda está puesta en qué otras naciones se sumarán a nuestro país en el ingreso.
Es que, según afirman en el Gobierno, la Argentina cuenta con el apoyo explícito de los 36 miembros actuales del organismo, por lo que la invitación a ingresar es solo cuestión de tiempo. Por eso todavía aseguran tener la certeza de que nuestro país comenzará el proceso de ingreso durante 2018. Podía darse inicio durante la cumbre ministerial de hoy, pero también puede darse el mes que viene o el próximo.
Históricamente, las veces que el ente admitió el ingreso de nuevos miembros lo hizo contemplando grupos de países y es de suponer que se respetará la tradición, por lo que no habrá avances hasta que se determine a cuáles de las otras naciones que solicitaron el ingreso (Perú, Brasil, Rumania, Bulgaria y Croacia) se les abrirá las puertas.
Las demoras radicarían en la falta de acuerdo entre Estados Unidos y algunos países europeos por la incorporación de países con menos peso en la política internacional y regional, como podría ser Bulgaria. Ese país, por caso, cuenta por el momento con el impulso del bloque europeo, pero no con el de Washington.
Por su parte, aunque durante la última reunión del consejo de embajadores ante la OCDE, el viernes pasado, no hubo acuerdo sobre el comienzo de los procesos de ingreso, sí se nombró a Colombia como miembro permanente.
Ese país había sido invitado a ingresar en 2013 y tardó cinco años en terminar ese proceso. Hoy, la Argentina se encuentra en esa misma situación inicial, pero en la administración de Mauricio Macri descuentan que el camino para convertirse en miembro será más breve porque desde 2016 el país inició un proceso de adecuación legislativa y de toma de medidas específicas que acercaron a la Argentina a los exigentes requisitos que impone la OCDE.
Esas medidas, como el impulso al proyecto de ley de responsabilidad penal empresaria -una condición sin la cual no se puede acceder-, facilitan el camino del país para cuando se someta a las evaluaciones de los 23 comités que establecen la vara a la cual debe llegar nuestro país en un amplio abanico de temas, como la integridad, la política económica, la educación, la salud o la gobernanza pública, entre otros.
Enviados oficiales
Si bien son casi nulas las expectativas de que hoy se conozca una decisión del organismo, viajaron a Francia importantes representantes de la política local. Entre ellos está el canciller Jorge Faurie, quien viene de varios días de alta exposición tras la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G-20 en Buenos Aires la semana pasada y la visita al papa Francisco, anteayer. En las últimas horas, Faurie ya mantuvo encuentros con sus pares de Holanda y Polonia.
También viajaron los líderes de los bloques legislativos, tanto del oficialismo como de la oposición, con el objetivo de demostrar que el ingreso a la OCDE es una política compartida entre todo el arco político y no un objetivo estacional.
El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri; la titular del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, y el líder del bloque socialdemócrata, Martín Lousteau, acompañan a la comitiva oficial.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tenía previsto participar de la cumbre hasta la semana pasada, pero finalmente suspendió el viaje.