El gobierno aspiraba a fijar aumentos del 3% mensual hasta la elección de 2019.
El ministro Juan José Aranguren logró el viernes reformular el acuerdo por los precios de los combustibles con las refinadoras sumando a las productoras de petróleo, pero por ahora lo pactado llega solo hasta el 31 de julio. Las empresas no aceptaron aún la propuesta oficial de aplicar durante 15 meses una suba del 3% mensual, y quieren esperar hasta que haya una perspectiva más clara sobre el valor del dólar.
Así, el acuerdo del viernes implicó dar de baja el firmado el 8 de mayo por el cual los precios de los combustibles se iban a mantener congelados hasta el 30 de junio. Desde el sábado, las naftas y el gasoil tuvieron aumentos del 5 y del 4,5%, por el traslado del ajuste en los impuestos que representa un 1% promedio en todo el país, y la primera suba del 3% que fue levemente más en este caso. En julio, habrá otra alza del 3%.
Los nuevos términos acordados pretenden que no haya una compensación futura a cargo del Estado, sino que se cree una cuenta compensadora entre productoras y refinadoras. Según el comunicado del Ministerio de Energía, “los productores de petróleo crudo acompañarán el esfuerzo limitando los precios de la compra-venta de su producción en el mercado interno durante los meses de mayo, junio y julio del corriente año”.
De esta forma, el acuerdo también incluye mayo, mes en que no hubo aumentos al público. Durante el trimestre (y hasta octubre de 2019 en la aspiración de máxima del Gobierno) , el precio del petróleo local quedó fijado en u$s69,75 según trascendió, mientras el viernes el Brent de referencia en el mercado local, cerró cerca de u$s 77.
El criterio es mantener ese valor cuando la cotización internacional sea inferior, mientras los precios de los combustibles seguirían subiendo uniformemente un 3%, incluso cuando el crudo descienda en el mercado internacional.
El esquema parte de creer que los actuales valores tenderán a bajar en el mundo por el incremento de la producción en EE.UU. y en lo inmediato porque la OPEP y Rusia se reunirán el 22 de este mes para tomar medidas sobre la oferta en la eventualidad de que la política de Donald Trump implique que el petróleo de Irán salga del mercado.
Pero si el crudo no baja, quedaría un saldo a favor de las productoras que las empresas quieren que sea cubierto por el Estado. Sin embargo, la mayor incertidumbre no está generada por el petróleo sino por el tipo de cambio porque el crudo local se comercializa en dólares.
Razones
Según explican analistas, las empresas creen que si el dólar se vuelve a disparar, la cuenta compensadora entre productoras y refinadoras sería insuficiente si los aumentos de las naftas al público se limitan al 3% mensual en pesos. Por eso, Aranguren no pudo acordar más allá de julio. De acuerdo al comunicado oficial, “en los próximos dos meses continuaremos monitoreando la evolución del mercado para evaluar la continuidad de este acuerdo, su eventual modificación y/o efectuar las compensaciones que el mismo requiera”.