Según lo acordado con el Gobierno, el déficit fiscal se llevará de 2,2% a 1,3% en 2019; esperan para este año un crecimiento máximo de 1,4% y una inflación más alta; otros organismos multilaterales sumarán US$5650 millones.
El organismo dijo que el país accedería, con condicionamientos, a un stand-by de US$50.000 millones con una duración de tres años.
El monto del acuerdo, el más alto en términos nominales que el FMI haya otorgado en su historia, representa una significativa muestra de apoyo internacional al gobierno de Mauricio Macri . El Presidente intentará capitalizar ese respaldo cuando hoy viaje a Canadá para participar del encuentro del G-7, donde buscará mantener una reunión con la directora del organismo, Christine Lagarde . Al acuerdo con el FMI para reemplazar el financiamiento voluntario en los mercados, que se cerraron para la Argentina, se sumará un aporte extra de más de US$5650 millones de otros organismos multilaterales. Sobre el swap de monedas que el Banco Central (BCRA) pretende ampliar con China no hubo precisiones.
El stand-by, presentado en una conferencia de prensa en el Centro Cultural Kirchner (CCK) por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, marcó además el final del gradualismo económico, con importantes cambios en las metas de déficit fiscal, de inflación y particularmente en el rol que cumple el Banco Central, sobre todo luego de la cuestionada señal de intromisión de la Jefatura de Gabinete en las políticas de reducción de la inflación.
Dujovne aclaró que los fondos llegarán desde el 20 de este mes, cuando el acuerdo se apruebe formalmente en el FMI. El desembolso inmediato -dijo- será de un 30%, o sea, US$15.000 millones. El resto quedará en disponibilidad y el país podrá usarlo siempre que cumpla con las condiciones con las que se comprometió.
La devolución del préstamo se realizará en ocho cuotas trimestrales con tres años de gracia. La tasa de interés será variable y dependerá de la tasa de interés del derecho especial de giro (DEG). “Se estima que el costo del préstamo será de 1,96% mientras los desembolsos acumulados no superen el 187,5% de la cuota argentina en el FMI (equivalente a US$8480 millones); de 3,96% si los desembolsos acumulados superan ese monto, y de 4,96% si el crédito vigente se mantiene por encima de ese monto más de tres años”, dijo Hacienda.
“Hemos acordado un stand-by. Se trata de once veces la cuota argentina, lo que implica un fuerte apoyo de la comunidad internacional a la Argentina”, afirmó Dujovne al comenzar la conferencia, y enseguida aclaró que ese apoyo depende de la aceleración del ajuste. En ese sentido, la Argentina mantendrá su meta de déficit fiscal primario de este año en 2,7% del PBI (la había modificado en plena corrida) y reducirá la de 2019 a 1,3% (anteriormente era de 2,2%). Además, adelantará un año el objetivo de equilibrio primario, que ahora será en 2020. En ese año tenía prevista una reducción del déficit a 1,2% del PBI. En 2021, en tanto, deberá mostrar un superávit primario de 0,5% del producto.
En el período 2018-2021 significa una reducción acumulada del déficit de 3,1% del PBI, alrededor de US$19.300 millones. Dujovne ratificó una “continuidad” de los recortes, sobre todo del gasto social, y dijo que no se modificará el esquema de quita de subsidios a la energía. Especificó que el detalle de los recortes llegará en el proyecto de presupuesto 2019 que se presentará en el Congreso, como todos los años, el 15 de septiembre. Se afirmó que implementó una salvaguarda para ampliar en 0,2% del PBI el gasto social de acuerdo con un monitoreo de indicadores sociales.
Por otro lado, el FMI pidió que sea el BCRA y no el Ejecutivo quien se encargue desde ahora de fijar las metas de inflación. Para este año, Sturzenegger no fijó ninguna: “Esperemos que sea la más baja posible”. Pero afirmó que el banco trabajará para una inflación de entre el 20% y el 21% para mediados de 2018. Las nuevas metas “cumplibles” de la entidad monetaria son 17% en 2019; 13% en 2020, y 9%, en 2021.
Además, el Fondo pidió una ley para reformar la carta orgánica del BCRA. Implicará no solo que la entidad se encargará de fijar las metas de inflación, sino que se prohibirá el financiamiento al Tesoro y se dará más estabilidad a sus funcionarios. Pero además el banco se comprometió a crear un programa de cancelación anticipada de letras intransferibles del Tesoro en manos del BCRA para que pueda, con esos recursos, reducir el stock de Lebac. Comenzará a partir de este mes. Para mayo de 2021, se espera que se habrá reducido la deuda neta del Gobierno en poder del banco por un monto de US$25.000 millones. Además, para fines de 2019, la entidad buscará tener como contraparte de sus operaciones solo a bancos locales.
Sturzenegger ratificó el esquema de metas de inflación y tipo de cambio flotante y afirmó además con relación al muro de dólares que ofrece diariamente para frenar la cotización del dólar en $25 que desde hoy el mercado cambiario volverá a “una situación normal”, lo que no significa que no se intervenga durante movimientos “disruptivos”.
No queda claro aún el impacto en la economía. Dujovne afirmó que se crecerá este año 1,4%, según sus propias proyecciones optimistas, y 0,4% “en base a los cálculos fiscales”.