Al no requerir receta médica y al estar muchas veces en promoción en algunas farmacias, mucha gente suele consumirlos. Pero el mal uso de estos productos puede ocasionar consecuencias graves. La clave, siempre, es estar informado.
“¿Te duele la cabeza? ¡Te doy una aspirina!”; “Ando mal del estómago, me voy a tomar una pastillita que me dio mi mamá”; “Me cayó mal la comida de hoy, ¿tienen algo para darme”. Estas frases forman parte del lenguaje cotidiano. Se repiten en cualquier conversación, en una casa, en un trabajo, en la facultad. Y están tan instaladas en la sociedad que no llaman la atención.
Pero, ¿es tan inofensivo tomar medicamentos de venta libre?
Según la Organización Mundial de la Salud, se consideran de esta manera a todos aquellos medicamentos cuya entrega y administración no requieren de la receta médica y que pueden ser utilizados para prevenir o tratar síntomas o enfermedades leves que no justifiquen la consulta médica. Se utilizan tanto para un dolor de cabeza, un resfrío, piojos o un dolor menstrual y no requieren de prescripción de un profesional. Son seguros, siempre y cuando se utilicen con responsabilidad.
“Se dice que tienen un margen de seguridad porque, por ejemplo, si bien se recomienda un uso determinado, se entiende que si uno sin querer llegara a duplicar la dosis o llegara a darlo en vez de a las 6 horas a las 5 por error, no producirían en el metabolismo de las personas, algo tan grave como sí producen los que son de venta bajo receta”, explicó la Dra. Jimena Worcel, directora médica de la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre (CAPEMVeL)
Sin embargo, hay que recordar que se trata de medicamentos y no de golosinas. “Todo depende de la dosis y la duración del tratamiento. Ninguno es completamente seguro sin una consulta médica”, sostuvo el Dr. Christian Hocht, farmaceútico y Profesor Asociado de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA.
El riesgo de mezclar
De acuerdo con lo que informó Damín, en la Argentina se registraron varios casos de intoxicación por el mal uso de estos fármacos. “Una cosa es tomar un medicamento de venta libre, una persona de 30 años, sana que no toma otros medicamentos y otra cosa es una persona ya medicada que toma dos, tres, cuatro medicamentos, y que ese medicamento de venta libre le puede generar interacciones con otras pastillas. Por ejemplo, hay personas que están medicadas con anticoagulantes y que por ende no pueden agregarle una aspirina a ese tratamiento”, explicó el doctor.
Pero no es la única situación. “Hubo un tiempo que teníamos muchos casos por intoxicación con aspirinas para niños. Porque tienen buen gusto y los chicos cuando encontraban la caja se comían muchas pastillas. Y la aspirina, en dosis muy altas, puede provocar la muerte de un niño”, aseveró.