La Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural confirmó este lunes la “identificación positiva” de los restos de Julio Rubén Cao, ex combatiente argentino enterrado en el cementerio de Darwin de las Islas Malvinas, por lo que ya suman 92 los soldados identificados gracias al Plan Humanitario Malvinas.
Según informó la Secretaría a través de un comunicado, la noticia ya le fue comunicada esta tarde a Delmira, la madre del soldado, en una reunión con un equipo interdisciplinario integrado por profesionales del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), del Ministerio de Desarrollo Social y de la Escribanía General de Presidencia.
Cao era oriundo de Ramos Mejía y se alistó voluntariamente a los 21 años para combatir en la Guerra de las Malvinas, donde falleció durante un combate en el Monte Longdon, el 10 de junio de 1982.
Antes de enlistarse, Cao trabajaba como maestro en diversas escuelas primarias del oeste del Gran Buenos Aires, donde aún es muy recordada una carta que envió desde las islas para sus alumnos.
En esa misiva, dedicada a sus “queridos alumnos de 3ro D”, Cao les decía que estaba “preocupado” por no haber tenido tiempo de despedirse de ellos y que estaba en Malvinas “cumpliendo mi labor de soldado: Defender la Bandera”.
“Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con ustedes. Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes. Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes”, escribió Cao a sus alumnos.
La noticia del hallazgo se enmarca en las tareas que continúa llevando adelante la Secretaría de Derechos Humanos junto a todas las partes intervinientes para poder dar respuesta a las familias de los caídos en Malvinas.
El Plan Humanitario Malvinas fue acordado en diciembre de 2016 por los gobiernos de Argentina y del Reino Unido que, en conjunto con al Cruz Roja, se pusieron como objetivo darle identidad a los cuerpos enterrados en las 123 tumbas del Cementerio de Darwin que llevaban la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”.
La identificación de los restos fue posible gracias a las muestras de ADN que dieron los familiares de los soldados como también a través de los datos ante mortem, como su aspecto físico, historia médica y odontológica, e incluso por las huellas dactilares.