Mirko, quien había nacido en marzo junto con sus dos hermanas producto de una fecundación asistida, no resistió a un grave cuadro de meningitis.
Tras el fallecimiento, los restos del trillizo recibieron sepultura en el cementerio municipal de la localidad de Fernández, población rural ubicada a 57 kilómetro al sur de la capital provincial.
Hace dos meses, María Verónica Torres, docente de 40 años, había dado a luz trillizos gemelares -dos niñas y un varón- en forma prematura, en una clínica privada de la capital de Santiago del Estero. Los bebés fueron bautizados con los nombres Alma Mía (1,900 kilogramos), Candela Verónica (1,800) y Luis Mirko quien fue el último en nacer y el que menor peso registró: 1,600.