Dolor de espalda y en las articulaciones, extremidades o malestar gástrico son algunos de los síntomas físicos que pueden enmascarar cuadros de depresión o de ansiedad generalizada y que dificultan su diagnóstico.
La depresión acarrea angustia, preocupación o desaliento obstaculizando las actividades diarias y reduciendo la calidad de vida de las personas que la padecen, pero también puede generar múltiples afecciones corporales, entre ellas dolor de espalda.
En la consulta el paciente podrá referirse a un mal descanso, un mal movimiento articular, falta de vitalidad, pero cuando se habla del dolor debemos tener en claro la multicausalidad para que este se genere, ya que es un síntoma de ese mal funcionamiento.
Los dolores corporales, en ocasiones, son manifestaciones de depresión: están íntimamente relacionados, y se retroalimentan entre sí. Si la persona no puede encontrarle un entendimiento a lo que le está pasando, está angustiada porque apenas pueda ser comprendida, eso la afecta emocionalmente y se deprime: las soluciones a nuestros problemas de salud pasan por saber más de las sensaciones que de las contracciones.