El viernes pidió la convocatoria de acreedores la empresa Carsa, una de las administradoras de Musimundo, que atraviesa una profunda crisis.
La inestabilidad del dólar, la estrepitosa baja en el consumo intermedio, generado por el congelamiento de precios y el aumento de tarifas básicas, resultaron en un combo negro para las compañías que hacen base en nuestro país. A pesar que desde el gobierno de Mauricio Macri se encargan de insistir que no existe tal crisis, muchas de las empresas que emplean a miles de personas se encuentran en la cuerda floja.
En ese sentido, en el programa radial de Gustavo Sylvestre relataron sobre el difícil presente que atraviesa la cadena Musimundo, que logró sobrevivir al ocaso de las disquerías y se abrió paso como casa de venta de electrodomésticos; compitiéndole de igual a igual a cadenas históricas del rubro como Fravega o Garbarino. Pero la tajada que logró sacarle a la competencia, parece no haber sido suficiente.
Según relató el periodista económico y columnista del programa matinal, David Cufré:“Musimundo no pagó ayer una obligación negociable, un título de deuda, y se agravó su crisis”. “El viernes había pedido la apertura de convocatoria de acreedores la empresa Carsa, una de las administradoras de Musimundo junto con Megatone. Carsa maneja 124 locales y en los últimos meses ya cerró 18”, aseguró.
En ese sentido, en el programa radial dieron cuenta sobre los problemas económicos que atraviesa la red de locales: “Tienen problemas financieros a partir de que los bancos dejaron de financiar las ventas en cuotas, como cuando existía Ahora 12. También tiene que ver con el aumento del costo. Musimundo tiene una deuda de 3.200 millones de pesos y no la pudo afrontar. Muchos trabajadores están en riesgo”.
En tanto, a mediados de mayo Musimundo cerró diez sucursales en diferentes puntos del país, por la baja del consumo y la suba de costos operativos por la suba de las tarifas. Esta medida forma parte de un plan de ajuste de la empresa, propiedad del Grupo Megatone, debido a la fuerte caída de rentabilidad por el descenso de ventas y el aumento de las tarifas de electricidad y agua.