Lo llaman Messi y juega al fútbol desde los 7 años; representa a la Argentina en una competencia paralela de la FIFA.
Un grupo de 15 chicos con distintos tipos de discapacidad intelectual realizan una entrada en calor corriendo alrededor de una cancha del club CFR de Moreno. Bajo la atenta mirada del entrenador, esquivan conos y dan pases cortos, antes de dividir el grupo y dar inicio al partido de práctica. Fernando Piñol, un joven de 26 años con síndrome de Down, se destaca controlando la pelota y dando un potente remate de media distancia que termina dentro del arco. Lleva puesta la remera titular de la selección con el número 10 en la espalda.
“Ahí lo tenés al otro Messi”, comenta sonriendo Juan Rivas, el entrenador del equipo de fútbol inclusivo de la Asociación Civil Andar, donde Fernando es el capitán. Junto a tres de sus compañeros -Abigaíl, Aylén y Benjamín- viajaron el sábado pasado a Rusia para representar al país en el FIFA Foundation Festival. Se trata de un evento deportivo paralelo al Mundial en el que participan más de 200 jóvenes de 48 países provenientes de organizaciones sociales que utilizan este deporte como una herramienta de inclusión social.
Fernando tiene una capacidad de habla limitada, pero afirma con esfuerzo: “Tengo ganas de meter muchos goles en Rusia”. En tono de broma, un voluntario le pregunta al pasar si a él también le atajan los penales, en referencia al tiro fallido de su ídolo Lionel Messi en el partido de la selección contra Islandia. “No, yo lo meto”, responde con una sonrisa pícara.
Su fanatismo por el fútbol comenzó desde muy chico, cuando, por recomendación de los médicos, su familia lo incentivó a hacer distintos deportes. “Prácticamente nació con una pelota. El fútbol siempre fue su gran pasión y la herramienta con la que consiguió progresar”, sostiene su madre, Lucía Lapolla.
Fuente: LA NACION