El lunes, martes y viernes habrá paro. Y el miércoles desobligación para asistir al debate sobre la ley de aborto legal, seguro y gratuito en el Congreso.
La próxima semana, no habrá clases en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) durante cuatro días. Tres de ellos —lunes, martes y viernes— serán por un paro de 72 horas resuelto por Coad, el gremio que nuclea a los docentes universitarios a nivel local. El miércoles se sumará como “desobligación” para que profesores y alumnos puedan asistir al debate de la Cámara de Diputados de la Nación sobre la ley de aborto legal, seguro y gratuito. Quienes no puedan viajar podrán seguir en vivo la histórica jornada a través de unas pantallas gigantes que se instalarán en la Facultad de Humanidades (Entre Ríos 734). El secretario de Enseñanza Media y Superior Técnica del Rectorado, Claudio López, expresó “preocupación” por la pérdida de clases que vienen sufriendo los alumnos de los colegios que dependen de la UNR y sobre todo por la escasa posibilidad de salida que se ve al conflicto.
Las posiciones no parecen fácilmente conciliables. Mientras el gobierno nacional ofreció hasta ahora un 15 por ciento de aumento a pagar en cuatro cuotas y sin cláusula gatillo, los docentes universitarios —agrupados en Conadu a nivel nacional— reclaman un 25 por ciento reajustable por inflación.
Ante la brecha entre pedido y ofrecimiento, el gobierno otorgó un 5 por ciento “a cuenta de futuros aumentos”, porcentaje concedido de modo “unilateral” y que Coad definió como “imperceptible” para el bolsillo y un “insulto” a la labor docente frente a “la creciente inflación y pérdida adquisitiva del salario”.
La semana será agitada. El lunes el gremio movilizará a la ciudad de Córdoba para sumarse a una marcha junto al resto de las federaciones docentes y los estudiantes para conmemorar el centenario de la Reforma Universitaria.
Colectivos
El miércoles también fletará colectivos a Buenos Aires para quienes quieran acompañar el debate sobre el aborto y el viernes llevará adelante charlas públicas, clases abiertas y conferencias en plena calle.
La sucesión de paros comienza a inquietar de más a las autoridades universitarias, sobre todo porque no vislumbran una salida inminente (ni mucho menos) al conflicto. La mayor preocupación recae sobre los alumnos secundarios del Politécnico, el Superior de Comercio y la Agrotécnica de Casilda.
López se encargó de dejar en claro que comparten el “justo reclamo de los docentes”, alejadísimo de la exigua oferta gubernamental (para colmo, sin cláusula gatillo), pero a la vez expresó su alarma por lo que pueda ocurrir durante el segundo cuatrimestre si no aparece un ofrecimiento superador.
“Si los paros continúan” después del receso de invierno “puede haber afectación en la calidad educativa”, reconoció el funcionario, responsable de los establecimientos universitarios en los que se forman —entre sus diferentes niveles— más de tres mil estudiantes.