No revisar el vencimiento del pasaporte, no chequear el auto o no considerar los “extras” que puede cobrarte una aerolínea low cost.
Más allá del entusiasmo y las ganas de viajar, es cierto que a veces, por razones ajenas, algunas cosas pueden salir mal: un vuelo demorado, un desperfecto del auto a medio camino, una descompostura el día en que hacemos la excursión soñada.
Pero también es cierto que hay muchas otras circunstancias que podemos (intentar) dominar a partir de cierta previsión o planificación. Algo que aplica tanto para una escapada de un fin de semana a la costa, cinco días a Bariloche, un viaje por trabajo a Bogotá o un recorrido de tres meses por Europa o el Sudeste asiático. Aquí, algunos de los errores más comunes que pueden arruinarte el viaje o hacerte pasar un mal momento.
1. Comprar pasajes, hoteles o paquetes sin comparar ni revisar comentarios. Hacer clic en el primer precio que te aparezca. A menos que tengas estudiado el panorama de tarifas para viajar a determinado lugar y sepas rápidamente si el primer precio que te apareció en pantalla es conveniente, lo mejor, siempre es comparar costos de pasajes o paquetes en distintas agencias de viajes o líneas aéreas y aprovechar los sitios online que comparan tarifas.
Compras de viajes online, con los ojos bien abiertos.
Esto mismo aplica para el que reserva un hotel sin revisar mínimamente los comentarios. Hay que aprovechar las ventajas tecnológicas. Recuerdo mi primer viaje a Europa con amigas (no, no había Internet, ni mail, ni TripAdvisor): en una guía que circulaba en la facultad habíamos visto el dato de un hostel en Madrid. Llamamos para reservar la primera noche varias semanas antes de viajar. Nos guiamos por la ubicación, cerca de la Puerta del Sol. Al llegar el ascensor no tenía puertas, la mujer que nos atendió nos hablaba a los gritos como si fuera un reformatorio en vez de un hostel, ni hablar de las camas desvencijadas y sábanas de dudosa pulcritud (dormimos vestidas) y el baño compartido… mejor ni hablar. Así que nuestras primeras horas en el Viejo Continente estuvieron dedicadas a buscar otro alojamiento.
Hoy, con los comentarios, las fotos, las experiencias personales colgadas en todos los rincones de la web permiten ajustar la búsqueda. Es cierto que ahora el problema es la sobreabundancia de información.
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Esencial también para el alojamiento: verificar la ubicación y, en caso de estar alejado de los atractivos que pretendemos visitar, tomarse un tiempo para averiguar cómo movilizarse en transporte público o cuánto cuesta un taxi.
Y una cosa más: no siempre el precio más bajo debe regir la elección. Hay que evaluar quiénes viajan -no es lo mismo un grupo de amigos que una familia con un bebé-, tiempo de viaje, conexiones o gastos que puedan derivarse de la tarifa más económica.
2. No chequear que la documentación. Al momento de planificar un viaje es importante verificar que la documentación que necesitamos esté en regla, sea un pasaporte, una visa o el mismo DNI. No son pocos los casos de las personas que llegan a Ezeiza y en el momento de hacer el check in se dan cuenta de que el pasaporte o la visa están vencidos. O se enteran que para su destino final es requisito de ingreso el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla (varios países del Caribe empiezan a solicitarlo, como Aruba que tomó esta medida a partir de marzo 2018).
Control de pasaportes (Getty)
En cuanto al tema del pasaporte, desde hace unos años, es más fácil de solucionar, ya que en Ezeiza y en Aeroparque ahora se puede tramitar en el momento (“Pasaporte al instante”) en el stand del Ministerio del Interior. Cuesta 950 pesos -lo que cuesta usualmente el trámite del pasaporte- más 200 dólares de cargo por hacerlo en el momento (www.argentina.gob.ar/pasaporte).
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Esta falta de control de los documentos se ve también en los viajes con chicos: algunos olvidan las renovaciones obligatorias del DNI (la primera, entre los 5 y los 8 años; la segunda, a los 14 años) para el caso de viajes en los que se puede utilizar este documento, como cabotaje o países limítrofes. O un documento que demuestre filiación, es decir, que son tus hijos. Cuando viajan con los dos padres al exterior, se requiere demostrar que son tus hijos con partida de nacimiento, libreta de casamiento o el DNI en el que figuran los datos de los progenitores.
Viajes con chicos: no olvidar revisar sus documentos y, en caso de viajes al exterior, llevar libreta, partida o dni que certifique filiación.
Un consejo: si se viaja por la Argentina a zonas fronterizas, conviene llevar esta documentación… por si estás en las Cataratas y se te ocurre cruzar a Foz de Iguazú o estás en alguna localidad junto a la Cordillera y querés visitar Chile, por ejemplo.
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3. No revisar el auto antes de salir de vacaciones. Luces, frenos, aceite, neumáticos. Antes de salir a la ruta es importante verificar que el auto esté en condiciones.
Lo mismo que planificar la ruta a seguir, especialmente en recorridos largos, y a zonas desconocidas. Tener claro si hay autopista o ruta doble mando, camino de ripio, estaciones de servicio disponibles, estados de la ruta, etc.
Errores que pueden arruinarte el viaje: chequear las rutas a seguir evita pérdidas de tiempo y combustible (Getty Images/Viajes)
4. No contratar servicio de asistencia al viajero. No se trata de hacer propaganda a las empresas que ofrecen este servicio. En los viajes al exterior contar con esta cobertura es imprescindible y hasta obligatorio para ingresar en determinados países. Basta con saber que una consulta médica simple en Miami puede costar US$ 200 y una apendicitis en España, 15.000 euros para pensarlo un poco mejor. Antes de contratar el servicio, consultar con la tarjeta de crédito ya que muchos cuentan con la cobertura o pueden activarla, pero no lo saben.
Viajar al exterior con servicio de asistencia al viajero y asesorarse sobre situación sanitaria del destino (Getty Images/Viajes)
5. Medicina del viajero. Se sabe: ciertas regiones tienen circulación de enfermedades que en Argentina, por el momento, no hay. Por eso, si uno viaja a determinados países o zonas en las que hay riesgo de contagio, es importante tomar precauciones, así como también es necesario tener el carnet de vacunas al día.
La realidad lo demuestra: los argentinos que se contagiaron la fiebre amarilla en Brasil había viajado sin la vacuna.
Quienes por determinadas razones no pueden vacunarse o tomar medicaciones preventivas (según el destino elegido), quizá deban rumbear para otros lados.
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6. Viajar solo con la tarjeta de crédito. Es cierto que en Estados Unidos o Europa podés comprar hasta un paquete de chicles con la tarjeta, pero no en todos lados es así.
Además de la tarjeta siempre conviene llevar algo de efectivo.
Es importante llevar algo de efectivo si uno viaja a sitios donde no se sabe si cuentan con tarjetas, como pequeñas localidades o zonas rurales. Y también algo de cambio para poder dar propinas o, por ejemplo, comprar artesanías en una feria. Consultar con gente que haya estado en el lugar cómo manejarse con el dinero.
En caso de necesitar cambiar dólares por moneda local… trate de evitar los aeropuertos. Suele ser la opción menos conveniente para el viajero.