Varios legisladores se sintieron molestos por el tono de los discursos.
Nuevos enfrentamientos entre senadores y expositores, las quejas de varios legisladores que se sintieron aludidos por las críticas de algunos de los invitados y el discurso de una representante piquetera, que causó indignación y risas por partes iguales, fueron los hechos destacados de la cuarta jornada de debate del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en un plenario de comisiones en el Senado.
El día comenzó con la intervención del médico Juan Carlos Escobar, coordinador del Programa de Salud Integral en la Adolescencia de la cartera de Salud, quien realizó un fuerte alegato a favor de la legalización del aborto.
“Obligar a una niña adolescente, que no terminó de crecer, a llevar a término un embarazo forzado o no deseado es una violación a sus derechos humanos equivalente a la tortura”, afirmó Escobar.
El funcionario protagonizó un entredicho con el presidente de la Comisión de Salud, Mario Fiad (UCR), quien rechaza el proyecto de legalización del aborto y lo inquirió para que explique si hablaba en representación del Ministerio de Salud. Ante la respuesta afirmativa, el legislador volvió a formularle la pregunta. Escobar reiteró su respuesta, mientras reivindicaba su postura, coincidente con la del ministro del área, Adolfo Rubinstein, quien expuso durante las audiencias desarrolladas en la Cámara de Diputados.
A su turno, la coordinadora del comité de bioética del Hospital Británico, Bárbara Finn, habló en contra del proyecto que analiza el Senado y de la supremacía del derecho de la mujer a elegir.
“Uno escucha con frecuencia que la mujer tiene derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, pero como mujer y médica, mi planteo es que no es solo mi cuerpo. Es el cuerpo de otro genéticamente diferente, no es un órgano, es otro ser”, aseguró la especialista.
Posiciones de ONG
Durante la jornada se escucharon también en el Senado las posturas de dos organizaciones no gubernamentales.
Solange Verón, de La Hoguera, de Ushuaia, reivindicó “el poder de las mujeres de decidir abortar o no amparadas en la libertad de conciencia, de religión y la absoluta autonomía” sobre sus cuerpos.
Por su parte, el filósofo y docente José Quarracino, de la Organización Pro Vida, alentó el fantasma del supuesto negocio con el material biológico. “El proyecto no dice nada sobre qué pasa con los restos fetales abortados, no se dice si se los entierra, si se los tira a la basura, nada”, aseguró.
Molesto por las implicancias de la exposición de Quarracino, el senador Fernando Solanas (Proyecto Sur-Capital) le recriminó a Fiad que le permitiera a los invitados acusar de genocidas a quienes apoyan la interrupción voluntaria del embarazo.
“Hemos sido abiertos y tolerantes con todos los expositores”, replicó el senador jujeño, molesto por el tono de la intervención de Solanas, quien hasta ayer no había participado en ninguna de las tres reuniones del plenario de comisiones.
Mensaje piquetero
El momento bizarro del debate se produjo con la intervención de Daiana Asquini, representante del Partido Piquetero e invitada a la audiencia por la senadora kirchnerista María Pilatti (Chaco), quien desde su postura de “atea y marxista” llamó a los senadores indecisos del PJ “a votar a favor del aborto y en contra del diablo Macri” porque “hay 2019”.
En medio de la molestia de algunos senadores y los claros gestos de vergüenza ajena de senadoras que apoyan la legalización del aborto, la joven Asquini completó su arenga política calificando de “machirulo” al jefe del Estado, antes de exhortar a los senadores macristas que apoyan el aborto legal a pasarse al radicalismo porque “el Pro es conservador, no liberal”.
Fuente: La Nación