Un ambicioso estudio mostró que los lactantes a los que se introduce de manera temprana la ingesta de alimentos sólidos, duermen mejor.
Los bebés a los que se les introducen en la dieta los alimentos sólidos de forma temprana duermen más tiempo, se despiertan menos a menudo por la noche y sufren menos problemas serios de sueño que los que amamantaron exclusivamente durante los primeros seis meses de vida.
Las autoridades sanitarias, sin embargo, mantienen la recomendación de la lactancia exclusiva hasta la primera mitad del primer año.
Una investigación realizada por el King’s College y la St. George’s University de Londres (Reino Unido) y publicada en “JAMA Pediatrics” revela que, aunque el consejo oficial es que las madres deben tratar de amamantar exclusivamente a sus bebés hasta alrededor de los seis meses de edad, el 75% de las madres británicas introducen sólidos antes de los cinco meses.
La guía actual del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) señala que comenzar con los alimentos sólidos no hará que los bebés duerman más durante la noche y aconseja que se les empiece a introducidos los sólidos cuando estén preparados para ello.
El estudio se realizó entre enero de 2008 y agosto de 2015 sobre a 1.303 niños de tres meses alimentados exclusivamente con leche materna de Inglaterra y Gales que se dividieron en dos grupos.
Un grupo siguió los consejos de alimentación infantil estándar y se los alentó a amamantar exclusivamente durante alrededor de seis meses.
Al segundo grupo, mientras continuaba amamantando, se les pidió que introdujeran alimentos sólidos en la dieta de sus bebés a partir de los tres meses
El estudio encontró que los bebés que del grupo que tomaron sólidos antes durmieron más tiempo y se despertaron con menos frecuencia que los bebés que siguieron el consejo estándar de amamantar exclusivamente hasta alrededor de los seis meses de edad.
Las diferencias entre los dos grupos alcanzaron un máximo de seis meses, el grupo de introducción temprana durmió durante un cuarto de hora (16,6 minutos) más por noche (casi 2 horas más por semana) y su frecuencia de vigilia nocturna disminuyó desde poco más de dos veces por noche a 1,74.
El autor principal del estudio, el profesor Gideon Lack, del King’s College de Londres, ha asegurado que “los resultados de esta investigación respaldan la opinión parental difundida de que la introducción temprana de sólidos mejora el sueño. Si bien la orientación oficial es que comenzar con los alimentos sólidos no hará que los bebés duerman más durante la noche, este estudio sugiere que este consejo debe ser reexaminado a la luz de la evidencia que hemos reunido”, apostilla.
Por su parte, el co-autor principal, el doctor Michael Perkin, de St George’s University de Londres, admite que “es una creencia común entre las madres que la introducción temprana de sólidos ayudará a los bebés a dormir mejor, y nuestro estudio apoya esto. Encontramos un aumento pequeño pero significativo en la duración del sueño y una vigilia nocturna menos frecuente. Dado que el sueño infantil afecta directamente la calidad de vida de los padres, incluso una pequeña mejora puede tener beneficios importantes”.