El pollo es uno de los alimentos más nutritivos que forman parte de nuestra dieta, sin embargo, y al igual que el pescado, es muy delicado y hay que tomar recaudos para evitar intoxicaciones por mala manipulación.
Por eso, elaboramos un listado de precauciones a tener en cuenta a la hora de cocinarlo:
– Si al comprar pollo en el supermercado vemos que la cantidad de jugo en la bandeja es excesivo, lo recomendable es elegir otra, ya que podría estar pasado.
– La forma más segura de descongelar el pollo es pasarlo del freezer a la heladera y ponerlo en el estante más bajo para evitar que el jugo que pueda despedir caiga sobre otros alimentos. Si se descongela a temperatura ambiente, se deberá garantizar que el pollo esté envuelto en una bolsa sellada, para evitar su contacto con las bacterias. Si se descongela en el microondas, se deberá hacer en el tiempo justo, ya que si el alimento se calienta demás se da lugar a que crezcan las bacterias.
– Antes de manipular el pollo sin envoltorio, es necesario lavarnos las manos con abundante agua tibia y jabón.
– Nunca hay que lavar el pollo. Es un hecho que se da con mucha frecuencia: meter la pechuga bajo la canilla de la cocina. Se recomienda no llevar a cabo esta acción, ya que el agua facilita la proliferación de bacterias.
– Es prudente disponer de una tabla que solo se utilice para cortar y trozar pollo. Una vez en contacto con pollo crudo, nunca usarla para manipular otro tipo de alimentos.
– No mezclar pollo crudo con pollo cocido en bandejas o fuentes. Tampoco cortar la porción cocida sin antes lavar el cuchillo utilizado para manipular el pollo crudo.
– Luego de cocinar el pollo, se recomienda lavar con detergente y agua tibia todas las superficies con las que tuvo contacto el alimento crudo.
– Siempre que tengas dudas acerca de si el pollo está bien cocido deberás cocinarlo un rato más.