Así lo informó hoy una publicación en una revista científica especializada
Embriones híbridos del rinoceronte blanco del norte, abocado a la extinción tras la reciente muerte del último macho, y de una subespecie relacionada han sido creados mediante tecnologías de reproducción asistida dentro de un laboratorio, según revela un estudio publicado hoy en Nature Communications.
El avance constituye el primer embrión híbrido creado a través de fecundación “in vitro” que alcanza la etapa de blastocisto -con 5 o 6 días de desarrollo- con una estructura celular compleja. Además, es un logro que podría preservar al mamífero, cuyo último macho falleció el marzo pasado, por lo que ahora solo sobreviven dos hembras en Kenia.
El proyecto, liderado por Thomas Hildebrandt, del Instituto Leibniz de Investigación para Zoológicos y Vida Salvaje, en Alemania, comenzó con la recolección de numerosos ovocitos -célula germinal femenina- de ejemplares del mamífero -tanto de la subespecie de rinoceronte blanco del norte como del sur- gracias a un aparato de casi dos metros de largo de implantación transrectal.
La investigación ganadora del Nobel de Fisiología o Medicina de 2012, de Shinya Yamanaka, que descubrió que las células maduras se pueden reprogramar para convertirse en pluripotentes, permitió un nuevo enfoque al combinar las “tecnologías de reproducción asistida con la recolección de ovocitos”, según apuntó Hildebrandt en una rueda de prensa.
Los científicos obtuvieron esperma descongelado de machos del rinoceronte en peligro y fertilizaron ovocitos de la subespecie más cercana, el blanco del sur, mediante inyección intracitoplásmica de esperma.
Los embriones híbridos resultantes se desarrollaron hasta la etapa de blastocisto y se congelaron para una posible implantación en hembras de la subespecie del sur en algún momento en el futuro.
Un próximo paso será trasladarse a Kenia para recoger ovocitos de las dos féminas restantes del norte y crear nuevos blastocistos donde tanto el óvulo como el esperma sean de la misma subespecie.
Para llevar a cabo con éxito el proceso de implantación -trasladar los embriones congelados a las hembras-, el equipo contará con “poco más de un año”, en palabras de Hildebrandt, ya que la gestación de estos mamíferos dura “16 meses”.
Mientras que los intentos que la comunidad científica ha hecho en los últimos veinte años para preservar el rinoceronte blanco del norte han sido infructuosos, los embriones actuales se presentan como una nueva esperanza para conseguir preservar la especie.
No obstante, con el objetivo de conseguir una nueva población autosuficiente, los expertos están generando nuevos gametos -células reproductoras- a partir de células madre.