El papa Francisco pidió ayer que en las casas no se desperdicie la comida que sobra y recomendó darla a otras personas que lo necesiten o volverla a cocinar, tras el rezo del Ángelus dominical en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El pontífice basó su discurso en el episodio del Evangelio en el que Jesús de Nazaret multiplicó los panes y los peces y recordó a “la gente que tiene hambre” en el mundo actual.
“¿Cuántas sobras de comida desperdiciamos? Que cada uno piense dónde acaban los alimentos que sobran en la comida o la cena ¿Qué hacemos en casa con las sobras?”, cuestionó el Papa ante los 25.000 fieles que le escuchaban, según cifras de la Gendarmería vaticana.
Francisco aconsejó preguntar qué hacían con la comida que sobraba a los abuelos que vivieron las penurias de la posguerra.
“No desperdiciéis nunca la comida que sobra. O se vuelve a hacer o se da a quien pueda comerlo, a quien lo necesite. No tiréis nunca las sobras”, zanjó el Papa, que llamó a sus fieles a realizar un “examen de conciencia” sobre sus hábitos en este sentido.
LA CRISIS EN CHILE
También, Francisco siguió atentamente los pasos dados en Chile para analizar la crisis en que está inmersa la Iglesia católica de ese país por las denuncias de casos de abusos sexuales.
Allí, más de una treintena de miembros de la Conferencia Episcopal celebrarán una asamblea plenaria extraordinaria.
La reunión tendrá lugar desde hoy hasta el viernes 3 de agosto en la localidad costera de Punta de Tralca, en el litoral central de Chile, a unos 120 kilómetros de Santiago, y a la misma se sumarán otros representantes de la Iglesia chilena, según comunicó la Conferencia Episcopal.
Estarán en el encuentro los vicarios pastorales de las diócesis, dos representantes de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile (Conferre), cuatro superiores/as religiosos/as, dos diáconos, los directores de áreas y departamentos de la Conferencia Episcopal.