Pasado mañana un plenario de comisiones dictaminará sobre el proyecto aprobado por la Cámara baja; 32 senadores rechazan el texto; la legalización, dividida, suma 31 y quedan 8 sin definir.
El debate en el Senado sobre la legalización del aborto ingresa en una semana de definiciones. Parte de la incertidumbre, en la que el rechazo al proyecto parece sacar todavía una pequeña luz de ventaja, comenzará a disiparse pasado mañana, cuando las tres comisiones que debaten la iniciativa desde hace casi un mes deban dictaminar sobre el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que aprobó la Cámara de Diputados.
Por el momento, los números están cerrados, pero muestran una leve ventaja para el sector que “defiende las dos vidas” y que rechaza la iniciativa. Ayer se sumó a ese grupo el radical Juan Carlos Marino (La Pampa), complicando aún más las aspiraciones de que la legalización pueda convertirse en ley en la Cámara alta.
Sobre un total de 72 senadores, aún quedan ocho que no han querido adelantar posición y que tendrán en sus manos la llave para definir la votación del próximo 8 de agosto.
Mientras tanto, el rechazo a la iniciativa ya tiene 32 votos. Por su parte, la postura a favor de convertir en ley el texto tal cual lo aprobó el 14 de junio la Cámara baja suma 25 voluntades.
Sin embargo, a esta última cifra debe sumarse una media docena de senadores que apoyan la legalización, pero que pretenden introducirle modificaciones al proyecto. La lista se completa con la neuquina Lucila Crexell (MPN), que está a favor de la despenalización del aborto pero anunció que se abstendrá.
El debate por la interrupción voluntaria del embarazo continuará mañana, a partir de las 14, con la quinta y última tanda de exposiciones ante las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales.
Sin embargo, todas las expectativas están puestas en la reunión de pasado mañana. Ese día, el plenario se volverá a reunir para emitir dictamen, tal cual lo estableció el acuerdo político al que arribaron los principales bloques de la Cámara alta en la sesión del 27 de junio último, cuando le torcieron el brazo a la vicepresidenta Gabriela Michetti y modificaron el giro a cuatro comisiones que había decidido la presidenta del Senado.
La reunión será clave porque al fin se sabrá qué postura será mayoritaria. El dato no es menor: el dictamen que sea considerado de mayoría -o de primera minoría, en el caso de que ninguno supere la mitad más uno de cada comisión-, será el primero en ser sometido a votación en el recinto.
Si el rechazo fuera mayoría y lograse imponerse en la votación, sería el final del proyecto y la interrupción voluntaria del embarazo no podrá volver a discutirse en el Congreso hasta después del 1° de marzo de 2019. Un pésimo escenario si se toma en cuenta que a esa altura del año ya estará lanzada de lleno la campaña electoral, tanto la presidencial como en las provincias.
Las repercusiones que un rechazo absoluto podría generar, sobre todo cuando se espera una nueva multitudinaria movilización al Congreso a favor del aborto legal, seguro y gratuito, son lo que hace dudar a los sectores “provida” sobre el camino a seguir. Sin embargo, tampoco los convence la alternativa de modificar el proyecto (cambiar legalización por una amplia despenalización), ya que le permitirían a Diputados insistir en su versión al momento de tratarlo en segunda revisión.
Legalización dividida
La situación se presenta aún más complicada para los que impulsan la legalización, mucho más después de que el jueves último se anunciara en el bloque PJ que, ante el paulatino pero fuerte crecimiento del rechazo, se buscaría introducir modificaciones al proyecto para, así, reunir la mayoría que permitiría mantenerlo con vida y devolverlo a Diputados.
La alternativa sería el proyecto que impulsan los senadores cordobeses Ernesto Martínez (Frente Cívico-Cambiemos), Laura Rodríguez Machado (Pro) y Carlos Caserio (PJ). También se sumarían las propuestas de Eduardo Aguilar (PJ-Chaco), quien la semana pasada anunció que mantenía su apoyo a la legalización, pero con cambios.
Las principales modificaciones serían la reducción de 14 a 12 semanas para el aborto legal, el reconocimiento a la objeción de conciencia institucional y la eliminación del artículo que penaliza a los médicos que se nieguen o “dilaten” la realización de la práctica.
La respuesta de los sectores más duros, liderados por el kirchnerismo y los responsables de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito fue rechazar la propuesta y asegurar que impulsarán un dictamen sin cambios en el texto aprobado por la Cámara baja.
Sin embargo, esta división no haría más que favorecer a quienes “defienden las dos vidas”. Con el apoyo a la legalización dispersa en, al menos, dos dictámenes, quienes rechazan el proyecto del aborto legal tendrán servido en bandeja el despacho de mayoría.
El radical marino se pronunció por el rechazo
Última audiencia con expositores Las comisiones de Salud, de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales se reunirán mañana, a las 14, para escuchar a la última tanda de expositores que hablarán sobre el proyectoPasado mañana, una jornada clave El miércoles, las tres comisiones se reunirán para dictaminar sobre el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados. Si los que apoyan la legalización se dividen, el rechazo será mayoríaEl 8 de agosto, sesión histórica Una semana después, el Senado discutirá los dictámenes de comisión en el recinto. Será una jornada histórica. Por el momento, los que rechazan la legalización llevan una leve ventaja
El conteo en la cámara alta
Posiciones frente al aborto legal
A favor
25
En este sector están los senadores que pretenden que el Senado convierta en ley el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados. Por lo tanto, niegan cualquier posibilidad de introducirle cambios. Sin embargo, este grupo podría verse reducido si prima la idea de que, sin cambios, la iniciativa puede terminar rechazada
Con cambios
6
Es un grupo que podría consolidarse en los próximos días, como consecuencia de que en el bloque del PJ se anticipó la intención de modificar el proyecto para evitar su rechazo. A los cordobeses Carlos Caserio (PJ), Ernesto Martínez y Laura Rodríguez Machado (Cambiemos), se sumó el peronista Eduardo Aguilar (Chaco)
Indecisos
8
Más que indecisos, se trata de senadores que no quieren adelantar su voto. Así, el peronista Omar Perotti (Santa Fe) le dijo a la nacion que ya tiene definido su voto, pero que aún no iba a hacerlo público. El radical Ángel Rozas (Chaco), que integra el grupo, saldrá pasado mañana de las sombras al firmar un dictamen de comisión
En contra
32
El sector duro de rechazo a la iniciativa es, por el momento, mayoritario. Sin embargo, no hay que descartar deserciones por ausencia y hacia las modificaciones ante el temor a una reacción violenta de los grupos que marcharán al Congreso el 8 de agosto. La proyección de “indecisos” podría incrementar en al menos tres votos este grupo
Abstenciones
1
Es el caso de la neuquina Lucila Crexell (MPN), quien apoya la despenalización del aborto, pero se opone a sancionar su legalización
Fuente: La Nación