La historia del Centro de Alto Rendimiento que será la base de operaciones de la Selección en Europa estuvo en el medio de una guerra judicial.
La propuesta, pomposa, prometedora, justo en el medio de la crisis que generó el fracaso mundialista, fue un golpe de efecto para la gestión de Claudio Tapia. Cuando todavía arreciaban las críticas por el operativo desgaste al que fue sometido Jorge Sampaoli, el presidente de la AFA se subió a un avión y llegó a la Costa del Sol para firmar un convenio con el Marbella Football Center, un centro de alto rendimiento que se encargará del reclutamiento de jugadores argentinos en Europa para nutrir a las categorías juveniles, desde el Sub 13 hasta el Sub 20.
Tal cual anticipó Clarín en exclusiva, el ambicioso proyecto tiene como objetivo montar una base de operaciones del otro lado del Atlántico. Incluso, para que pueda entrenarse la Selección Mayor, integrada en su mayoría por futbolistas de las grandes ligas. Se calcula que hay entre 800 y 1000 chicos nacidos en nuestras tierras que están diseminados en los distintos campeonatos europeos.
La noticia tuvo un impacto negativo en varios de los dirigentes más importantes del fútbol vernáculo. Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, presidentes de Boca y River, cuestionaron esta movida. César Luis Menotti, entrenador campeón del mundo en 1978, puso el grito en el cielo. Todos hablaron, pero nadie se preguntó quiénes son los empresarios que están detrás del predio de 55 hectáreas erguido en España.
Guillermo Tofoni fue el nexo con la AFA. Agente FIFA, hombre encargado de la organización de los partidos amistosos de la Selección en los tiempos de Julio Humberto Grondona, tuvo la iniciativa. Pero dos españoles son los dueños del complejo que Tapia observa como un gran semillero, pero genera inquietudes entre algunos miembros del Comité Ejecutivo.
Hay que hacer un poco de historia. Según consigna El Confidencial, un portal español, las tierras fueron cedidas a Marpafut (Marbella Paraíso Fútbol) por los hermanos Isabel y Alonso Romero Morales a través de una hipoteca, en 1999. En el registro de propiedad del municipio se inscribió como Centro de Alto Rendimiento para Fútbol Príncipe de Asturias. Nadie supo explicar la razón del título nobiliario.
Tasado en 12 millones de euros, resultó el eje de un litigio entre Jesús Rodríguez de Moya y Herminio Menéndez Rodríguez, dos agentes de jugadores socios de Marpafut, y la familia Romero Morales. Por una deuda de ¡22 mil euros!, el predio iba a ser subastado por el Patronato de Recaudación Provincial. Los representantes, finalmente, ganaron la batalla judicial. Y los ex propietarios acusaron al ex presidente del Consejo Asesor del Partido Popular Andaluz, Luis Marín Sicilia, de haberse apropiado de su condición de notario para cederle los terrenos a los empresarios.
Marpafut funcionaba como una sociedad limitada. Pero sólo hay registro de sus cuentas hasta 2001. En 2005, se creó la sociedad Football Impact, compuesta por Pérez Serichol, un profesional vinculado al mundo de la Hotelería, y Roldan Conejero, quien había sido gerente de MarPaFut. Se hicieron cargo del predio que tuvo como clientes a Brujas de Bélgica, Feyenoord de Holanda, Basilea de Suiza, Dinamo Kiev de Ucrania, Spartak de Moscú y Dinamo Bucarest, entre otros.
En 2010, Marpafut quebró. Entonces, Pérez Serichol y Conejero hicieron una inversión millonaria para reflotar el negocio. Le cambiaron el nombre por Marbella Football Center y, más allá de las contiendas legales, se transformó en un Centro de Alto Rendimiento con canchas profesionales, vestuarios y comodidades para los equipos de la elite europea. Clarín accedió a los papeles que están archivados en el Registro de la Propiedad número 4 de Marbella.
Gastón Iglesias, a cargo del marketing del complejo deportivo, le dijo a este diario: “En las últimas semanas han llamado un montón de padres que tienen chicos argentinos jugando al fútbol en España para darse a conocer”. El Marbella Football Center se hará cargo de un seguimiento. Y AFA contará con información privilegiada, tal cual se firmó en el convenio de cooperación. El costo será, según confió el propio Tofoni, de “cero peso”. A cambio, se revalorizarán estas tierras que estuvieron en disputa. Además, será una publicidad invaluable.
“No es el centro deportivo de Pablo Escobar (sic). Acá se está discutiendo el predio, cuando lo que hay que valorar es el proyecto. ¿No quieren hacer un censo? ¿No quieren saber cuántos chicos argentinos hay en Europa? ¿Quieren correr el riesgo de perderse otro Messi?”, le explicó Tofoni a Clarín.
El tema del predio a orillas del Mediterráneo se tratará en la reunión de Comité Ejecutivo del 31 de julio. También, quién será el reemplazante de Sampaoli. Aunque esa es otra historia, claro.
Fuente: Clarín