El arquero fue la figura durante los 90 minutos, pero en la definición se impuso Junior por 3-2.
La esperanza de Lanús en la Copa Sudamericana se esfumó en el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez de Barranquilla. Anoche, jugó mal pero tuvo a un Esteban Andrada (¿lo compra Villarreal? ¿Y se lo presta a Boca?) iluminado para caer apenas 1 a 0 ante Junior y estirar la definición de los 16avos de final a los penales. El arquero y capitán había sido la figura en los 90 minutos al tapar 12 tiros de los colombianos, aunque no logró gravitar en los remates desde los once metros y falló el suyo.
No la pasó para nada bien el conjunto argentino en Colombia. Básicamente porque no le salió el plan de su director técnico, Ezequiel Carboni. Esperar a Junior y golpear de contraataque era la idea del visitante teniendo ventaja en el marcador, pero no se mostró sólido en defensa y tampoco estuvo rápido a la hora de contragolpear a su rival, que estuvo decidido a no especular y a ir a buscar el necesario triunfo desde el inicio del encuentro. Apenas un tiro libre de Nicolás Pasquini que sacó Sebastián Viera generó Lanús.
Teófilo Gutiérrez no estuvo del todo acompañado en la delantera de los colombianos. Al ex Racing y River se le dificultó encontrar espacios, pero se las rebuscó tirándose unos metros más atrás para asociarse con los tres hombres que se paraban a su espalda: Sebastián Hernández, Jarlan Barrera y Luis Díaz. Como le faltaba claridad, Junior eligió el remate de media distancia para empezar a inquietar el arco de Andrada.
Probó Barrera. Después Hernández. Y también Teo. La pelota siempre encontró al arquero granate bien parado y con sus manos firmes. Era el único que no tenía fallas Andrada. Se mostró hasta rápido de piernas para atorar a Marlon Piedrahita, que tras una gran asistencia de Gutiérrez definió apurado y desviado. Andrada también respondió ante Sánchez en una de las más claras de la primera parte, mano a mano. Por él mantuvo la ilusión encendida Lanús.
Lo mismo sucedió en la segunda parte, cuando ya los 32 grados de sensación térmica y la humedad del 90 por ciento empezaban a hacer efecto en el cansancio. El arquero de la visita se lució sacándole un cabezazo en la línea a Teo, un disparo de Díaz y otro de Sánchez. Hasta que el disparo de Díaz, cruzado y sin tanta fuerza, lo sorprendió a Andrada, que estaba tapado, y clavó el 1 a 0 que llevó todo a los penales. Ahí, el capitán no pudo ser el salvador: atajó uno, pero mandó afuera su tiro. Y el sueño copero del Granate quedó trunco.
Fuente: Clarín