El Gobierno busca imponer el relato del “esfuerzo compartido”, pero la combinación de devaluación con quita de retenciones en medio de fuertes recortes fiscales es tan insólita que la cuestionan los aliados radicales de Macri, economistas afines e incluso el FMI.
El combo de dólar alto con rebaja gradual de retenciones a la soja en medio de un fuertísimo ajuste fiscal es tan insólito que recibe cuestionamientos por parte de los aliados radicales de Mauricio Macri, economistas afines e incluso del FMI. La divisa norteamericana subió durante la gestión de Cambiemos de 9,76 a 27,95 pesos, lo cual se traduce en una sobreganancia para los terratenientes. Sin embargo, el Gobierno aumentó ese diferencial positivo al eliminar retenciones al trigo, el maíz y otros cultivos y también para la minería y reducirlas para la soja. Incluso en este nuevo contexto macroeconómico de austeridad, el Presidente Mauricio Macri eligió mantener la rebaja de impuestos para los sojeros. Al mismo tiempo, Macri pide que el esfuerzo del ajuste sea compartido para justificar la rebaja de jubilaciones, despidos en el Estado o recorte de pensiones por invalidez. Teniendo en cuenta la caída de la producción en un 30 por ciento por la sequía, este año el Estado argentino dejará de percibir unos 8 mil millones de pesos sólo por el cronograma de rebaja gradual de retenciones a la soja, lo cual sumaría 20 mil millones si se tiene en cuenta para este año el recorte de 5 puntos a la soja implementado al comienzo de la gestión Cambiemos. En 2019, la recuperación de la cosecha y retenciones todavía más bajas ampliarán el impacto fiscal negativo.
A la par de la primera devaluación que llevó el dólar oficial a 15 pesos, el Gobierno de Cambiemos, en sus albores, eliminó las retenciones al trigo, maíz, carne y productos regionales y redujo la alícuota en cinco puntos porcentuales (hasta el 30 por ciento) para la soja. También se eliminaron retenciones para los productos manufacturados y para la minería. Además, desde enero de este año rige una rebaja de medio punto porcentual en las retenciones a la soja, cronograma que no se modificó a pesar de la última suba del 50 por ciento en el dólar.
Impacto fiscal
Según datos del CEPA, considerando para 2018 la liquidación de la cosecha del primer semestre y estimando el segundo semestre a partir de considerar las variaciones mensuales del año 2017, el impacto fiscal de la rebaja mensual de retenciones alcanza casi los 300 millones de dólares. Si se considera un tipo de cambio promedio entre enero y junio de 2018 y las expectativas del Banco Central para el período julio-diciembre de 2018, el costo fiscal de la medida implementada este año alcanza casi los 8 mil millones de pesos, mientras que si se le adiciona la reducción de 5 puntos originales de diciembre de 2015 la suma alcanza los 20 mil millones de pesos.
Los datos de 2018 están sensiblemente afectados por la sequía, que redujo en más de un 30 por ciento la cosecha sojera. Es decir que si bien el impacto fiscal es fuerte, para el año que viene sería mucho más impactante. Sólo la recuperación de la producción de soja a los niveles de 2017 y con retenciones que terminarían el año en el 18 por ciento (desde el 26,5 por ciento actual) multiplica el esfuerzo fiscal. Eso sin contar nuevos saltos cambiarios.
Fuente: Página/12