Luján se ató a la puerta del Iapos para reclamar asistencia a su hijo que se droga desde 2013. La mujer asegura que no puede controlarlo, que le robó casi todas las pertenencias y rompió gran parte de la casa.
Encadenada, Luján brindó detalles de su padecimiento. Y el de su hijo. En 2013 protagonizó con su moto un accidente de tránsito y fue operado. Desde entonces, tiene una adicción a la morfina pero también consume cocaína, crack y marihuana. “No le dan con el tratamiento, el domingo lo tuve que traer desde Buenos Aires donde fue a una clínica de puertas abiertas pero no funciona. Le dan cosas que no le sirven”, señaló.
En los últimos 5 años, radicó 17 de denuncias en distintos estamentos estatales a fin de preservar al chico y también cuidar del resto de su familia. Es que el chico roba elementos de su propia casa para venderlos y hacerse de dinero para comprar las drogas o bien, en ataques descontrolados, rompe todo lo que encuentra. “No tengo puertas ni ventanas porque vendió todo”, sostuvo su mamá. “Algunas cosas he podido reponer pero corre el riesgo que lo vuelva a vender o a romper”, advirtió.
Luján considera que los profesionales que lo han atenido no dan a la tecla. “Yo creo que él más que una adicción tiene un problema psiquiátrico. Siento que estamos siempre en el mismo lugar, o más atrás”, lamentó.