El ministro de Defensa analiza con Dujovne alternativas para suplir el incremento del 8% que había generado malestar en el personal castrense.
“Estamos avanzando y esta semana tendremos definiciones”, reveló ayer a LA NACION una alta fuente del Ministerio de Defensa, donde todavía se sigue negociando una recomposición del magro aumento salarial que la semana pasada había dejado disconformes a los oficiales superiores de las Fuerzas Armadas.
Ante el rechazo generalizado que generó el incremento del 8% a los cuadros militares inferiores y el pago de sumas remunerativas de $2000 en julio y $4500 en agosto a los rangos superiores de las tres fuerzas, el Gobierno sigue evaluando firmar un aumento en torno del 15%, que podría completarse en tres tramos progresivos, hasta llegar a ese porcentaje en septiembre.
Según pudo saber LA NACION de fuentes castrenses, esa es una de las variantes que se analizan en las conversaciones que se mantienen desde el jueves pasado entre los ministros de Defensa, Oscar Aguad, y de Hacienda, Nicolás Dujovne, y sus equipos técnicos.
En medio de la reacción negativa que suscitó el incremento, el Gobierno prometió revisar la medida y evalúa un aumento general del orden del 15%, lo que implicaría destinar a los salarios militares una masa de $500 millones.
Sin embargo, según precisaron fuentes gubernamentales a LA NACION, las restricciones presupuestarias impiden sobrepasar determinadas pautas. “Estamos estudiando y seguramente vamos hacia un reconocimiento en el salario del esfuerzo que hacen las Fuerzas Armadas”, explicó la fuente consultada.
Las limitadas perspectivas presupuestarias obligaron al Gobierno a suspender el desfile de las Fuerzas Armadas programado para el 9 de Julio, Día de la Independencia, con 5600 efectivos en las calles de la ciudad de Buenos Aires. Se realizó, en cambio, una parada militar más austera, de unos 600 efectivos, que desfilaron en Tucumán ante el presidente Mauricio Macri y el ministro Aguad, junto con agentes policiales y agrupaciones criollas.
Malestar y distorsiones
En las filas militares persisten, en tanto, la incertidumbre y el malestar por la recomposición salarial anunciada la semana pasada, considerada insuficiente en todos los niveles del escalafón castrense, en momentos en que el Gobierno avaló en otras actividades negociaciones paritarias por encima del 20 por ciento.
Si bien en el ámbito militar no hay espacio para paritarias convencionales, se sigue con mucha inquietud el avance de las gestiones por un incremento mayor.
En las distintas fuerzas hay consenso en que el aumento selectivo de la semana pasada -aprobado mediante la resolución conjunta 02/2018 de los ministerios de Hacienda y de Defensa- generaba distorsiones en los haberes militares, al permitir, por ejemplo, que un mayor acceda a una remuneración superior a la de un teniente coronel o vicecomodoro.
Además, el magro incremento profundiza la brecha salarial con las fuerzas de seguridad, que percibieron un 15% de aumento y mantienen desde hace tiempo remuneraciones más altas.
Con el incremento rechazado en los ámbitos castrenses, un capitán de navío, con 36 años de servicio en la Armada, por ejemplo, pasaba a cobrar $73.152, casi un 70% menos que un comandante mayor de la Gendarmería, con la misma antigüedad, que ya cobra $100.134.
Aumento selectivo
La semana pasada, Aguad y Dujovne acordaron un aumento del 8% para los cuadros inferiores y sumas fijas para la conducción superior, lo que generó malestar castrense
Alternativas
Para calmar la tensión salarial, se evalúa un aumento del 15%, que podría abonarse en tres tramos. La mejora implicaría destinar $500 millones