El gigante frigorífico brasileño BRF busca un nuevo dueño para Quickfood -la fábrica de hamburguesas Paty- con plantas en San Jorge y Arroyo Seco y Baradero.
La decisión forma parte de una movida global del frigorífico más afectado por el escándalo de las exportaciones de carnes adulteradas que estalló el año pasado en Brasil. En un comunicado que dio a conocer el último viernes, la compañía anunció la venta de activos y unidades de negocios en Europa, Tailandia y Argentina, y una reestructuración de sus negocios que permita recortar unos u$s1.300 millones para reducir una millonaria deuda que complica toda su operatoria.
BRF sufrió en el ejercicio contable 2017 pérdidas de u$s 280 M, agravada por los múltiples escándalos de corrupción destapados en el marco de su enfrentamiento con el presidente brasilero Michel Temer. Una sucesión de dramáticos cambios comenzaron por esos malos resultados y por una investigación federal sobre prácticas para evadir controles de sanidad alimentaria, situación que provocó la salida de directores mientras los accionistas exigían una completa revisión de la administración de la firma.
Hace dos semanas, Pedro Parente, ex presidente ejecutivo de Petrobras que tomó las riendas de la empresa, aseguró que el plan ajustará las operaciones de BRF “a la actual demanda, que se ha reducido”: la compañía ha sido afectada por la decisión de la Unión Europea de prohibir la importación de varios productos cárnicos de Brasil, como resultado de la investigación sobre el sistema de seguridad alimentaria vigente en ese país.
BRF dijo que reduciría su fuerza de trabajo en Brasil en 5% (4.000 personas) y venderá activos no esenciales por u$s 130 M. Pero también venderá plantas en varios mercados, como la Argentina.