Entre 1932 y 1978 los cocientes intelectuales no paraban de crecer. Después hubo derrumbe. Creen que es por la poca o nula lectura.
Un equipo de científicos del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch en Noruega demostró que la inteligencia humana está en declive, tras analizar las puntuaciones de cociente intelectual de aproximadamente 730.000 hombres nacidos entre 1962 y 1991.
Con esos datos, los investigadores hallaron que los resultados descendían lentamente -casi tres puntos porcentuales- cada década para las personas nacidas entre 1962 y 1975 pero que, tras ese año, las puntuaciones caían en picada.
Las cifras coinciden con estudios realizados en otros países, como Estados Unidos o el Reino Unido, que muestran descensos similares de entre 2 y 4 puntos cada década.
Según Ole Rogeburg, investigador principal del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch y coautor del estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los factores no son genéticos sino sociales.
Los factores ambientales incluyen diferencias en la forma en que se educa a los jóvenes, aumenta el tiempo de permanencia en internet, los cambios en la nutrición y la lectura en general. “Tiene que ver con el medioambiente, porque estamos viendo las mismas diferencias dentro de las familias”, ha explicado Rogeburg a la cadena estadounidense CNN. “No tiene que ver con que la gente tonta tenga más hijos que la gente lista, por decirlo de alguna forma”.
Esta tendencia a la baja es una reversión del efecto Flynn, un término que describe la gran mejora de las puntuaciones de cociente intelectual en muchas partes del mundo a lo largo del siglo XX. Los resultados indican que se produjo un punto de inflexión en el efecto Flynn para las personas que nacieron después de 1975. La investigación del propio James R. Flynn, que analizó entre 1932 y 1978 los cocientes intelectuales de adolescentes de diferentes países, como Estados Unidos, el Reino Unido o Dinamarca, veía una caída similar en las puntuaciones de los estadounidenses, tras décadas de subidas, según publicó en su estudio de 1984.
Flynn teorizó entonces que el cociente intelectual dependía de la mejor nutrición, cuidado de la salud y educación que había antiguamente, entre otras cosas.
Como conclusión, los expertos noruegos señalan que esta decadencia intelectual puede ser debido a múltiples factores, como el estilo de vida, los cambios en el sistema educativo, el poco hábito de lectura, la mayor dedicación a internet, redes sociales y videojuegos e, incluso, a factores ambientales.
Los autores del estudio dejan abierta una puerta a la esperanza al añadir que es probable que los jóvenes no sean “más tontos” que sus padres, sino que la definición de inteligencia ha cambiado con el devenir de la era digital.