El histórico grupo festejará en la Ciudad sus tres décadas de vida el domingo y promete ofrecer “el show más largo posible”
Ser una banda de punk y ser referentes a veces parecen conceptos contradictorios, pero Attaque 77 ha hecho funcionar esta paradoja durante 30 años: durante tres décadas evolucionaron permanentemente, se sobrepusieron a todo tipo de dificultades y nunca frenaron su crecimiento, pero con el espíritu siempre under y despojado de sus años de garage, aún en sus días de mayor masividad.
El resultado musical de esas tres décadas se paseará el domingo por la Ciudad: en el marco de su gira aniversario que comenzó en 2017, y antes de viajar hacia Europa para una nueva gira internacional, la banda surgida en Buenos Aires en 1987 se presentará, desde las 20, en la sala ubicada en 58 entre 10 y 11.
Volverán a pisar, como ya es tradición para la banda, “una ciudad que siempre nos ha bancado”, dice Luciano Scaglione, bajista del trío compuesto además por Mariano Martínez y Leonardo De Cecco, que recuerda “millones de historias y millones de amigos” forjados al calor del punk en estas tierras. “Las hinchadas de La Plata fueron de las primeras que cambiaron la letra de un tema nuestro, ‘Donde las águilas se atreven’, en la cancha”, comenta risueño, por lo cual Attaque se compromete a ofrecer, el domingo, “un show lo más largo que se pueda, recorriendo todos los temas históricos” y “algún tema nuevo”, de esos que compondrán el esperado “Triángulo de fuerza”, el disco con el que vienen amagando hace un año y que, prometen, va a salir en octubre.
Y es justamente esa posibilidad de manejar los tiempos una de las cosas que más le gustan a Scaglione de la longevidad: “No tener un loco al lado diciéndonos que tenemos que grabar, o nos vamos a quedar afuera de todo”, dice recordando las presiones que recibían en tiempos juveniles de una industria que los empujaba a producir y producir.
“Había que sacar un disco por año, había que grabar en 15 días, nos quemaban la cabeza con que todo tenía que ser para ayer”: hoy es diferente, “pasaron 30 años y no nos quedamos afuera de nada, y nos metimos donde nos queríamos meter: esa paranoia del management nos dejó de hacer efecto con el paso del tiempo, con la trayectoria, uno ahora sabe que ahora los tiempos los puede manejar como se le canta. Y si nos da ganas de hacer una gira por Europa de un mes, nos vamos”.
Scaglione se unió a Attaque cinco años después de la formación de la banda, en días donde, a pesar del éxito de “Hacelo por mí”, andaban por la vida “sin plata, sin instrumentos, ¡sin conocimientos musicales! Tocábamos música sin saber tocar música, eso te lo da solo el punk rock, esa entrada a la música adolescente. Con otro estilo de música, a los 15 años no podés tocar nada en ningún lado, tenés que estudiar y estudiar, no hay con qué darle. Nosotros hicimos el camino inverso, aprendimos a tocar con los años. Escuchás los primeros discos y por ahí tendrían que haber sido los primeros demos…”, se ríe Scaglione en diálogo con EL DIA.
Pero, año a año, disco a disco, Attaque fue consolidándose como una de las agrupaciones más fuertes del rock. Llegaron nuevos éxitos, momentos de masividad en gran escala, aquel cover de Gilda que los llevó a todas las radios y que les permitió conseguir “un momento icónico para la banda: la habitación propia. Hacia fines de los 90, empezó a dar el presupuesto para que cada uno tenga su habitación. Era algo que nunca habíamos vivido, toda la vida habíamos compartido habitación: fue muy gracioso darnos cuenta lo cómodos que estábamos cada uno en su cuarto, sin tener que bancarse los ruidos y los olores del otro…”, cuenta el bajista.