Las más frecuentes son las de muñeca, vértebras y cadera, siendo esta última la más grave. “Las caídas más inocentes suelen ser las que causan consecuencias más graves. La mayoría son accidentes domésticos”, indican.
Las tres fracturas más frecuentes en las personas adultas mayores son las de muñeca, vértebras y cadera, señala el doctor Lucas Pearson, de la División de Ortopedia y Traumatología del Hospital de Clínicas, y destaca la importancia de tomar medidas de prevención, como la consulta al médico, tener hábitos de vida saludables y adaptar las viviendas a fin de disminuir riesgos de accidentes.
En declaraciones a este diario manifiesta: “La caídas más inocentes son las que causan las consecuencias más graves. La mayoría son accidentes domésticos y se pueden evitar con información y tomando conciencia de (adoptar medidas de prevención) a medida que uno envejece, como acondicionar la casa. A veces por una cuestión económica no se pueden tomar todas las medidas necesarias pero hay que considerar las que sí se pueden hacer”.
Las fracturas de cadera son las más graves y en nuestro país se producen “90 por día, 34 mil al año”, lo cual es una cifra “elevada, considerable y hay mucho por hacer, nos convoca a trabajar en la prevención”, señala el profesional.
De igual forma indica que estas fracturas “conllevan a una reducción de la calidad de vida bastante importante, generalmente necesitan recuperación quirúrgica y, dependiendo del tipo que sea, se requerirá un reemplazo u osteosíntesis”.
Al respecto, Pearson señala que “en las mujeres es más frecuente que en los varones porque después de la menopausia se altera el metabolismo fosfocálcico” y tienen más riesgo de tener osteoporosis.
Asimismo suelen darse con mayor frecuencia en personas mayores de 70 años.
Por otra parte, Pearson señala que “uno siempre hace hincapié en las fracturas de cadera porque es la que conlleva comorbilidad, pero las de muñeca son muy frecuente” en las personas adultas mayores.
Sobre este tipo de quebradura explica que “no siempre necesita intervención quirúrgica, depende del caracter de la misma, porque muchas veces se puede resolver con la inmovilidad, un yeso, y la función con la que queda esa muñeca es compatible con la vida diaria, recupera la movilidad funcional”.
Y agrega que “es habitual que estas fracturas ocurran porque al caer uno suele poner las manos, por instinto”.
En tanto, señala que las fracturas de vértebras “también son frecuentes”, pero a veces las personas “no saben” que las tienen y se descubren cuando van a una “consulta en la guardia por dorsalgia”.
En este sentido remarca que “si un dolor se prolonga en el tiempo es importante empezar a estudiarlo para entenderlo”.
Este tipo de fracturas “está muy ligado a la osteoporosis”, afirma y agrega que pueden ser producto de “caídas pero también por un esfuerzo, porque va de la mano de la densidad del hueso”.
Asimismo explica que “hay fracturas que van ocurriendo espontáneamente, el paciente percibe un dolor lumbar pero se lo atribuye a la artrosis” hasta que se descubre la quebradura; por ese motivo “hay un diagnóstico tardío, pueden pasar meses”.
“Si la persona no puede manejar un dolor con la medicación habitual debe ir al médico para que se empiece a estudiar”, remarca.
Prevención
Respecto a las medidas de prevención, en un comunicado del Hospital de Clínicas se indica:
-Las personas mayores deben estar atentas a manejar la inestabilidad, con ayuda de elementos de apoyo: bastones, trípodes o andadores.
-Usar calzado antideslizante, con una correcta sujeción del pie.
-En el hogar: acondicionar el baño evitando bañaderas y colocando sujetadores en las paredes.
-Prestar atención a los momentos en los cuales no se controlan tantos los movimientos, mayormente a la noche, donde una simple caída desde la cama puede provocar una fractura.
-Para la prevención de la osteoporosis y la debilidad muscular, tener hábitos saludables: actividad física regular, buena alimentación incluyendo lácteos, fuente principal de calcio, cantidad adecuada de ingesta de proteínas, exposición regular al sol.
-Tanto el cigarrillo como la ingesta aumentada de alcohol son nocivos para el esqueleto.