Será expositora en una jornada del gremio de los mecánicos; denuncian una maniobra del Gobierno.
Bajo el fuego del escándalo de los cuadernos de las coimas y ante la ofensiva del juez Claudio Bonadio, Cristina Kirchner no se quedará callada mucho tiempo más: la expresidenta será hoy a la tarde la oradora principal de un acto de Smata, el sindicato de mecánicos, en Cañuelas.
Ricardo Pignanelli, secretario general del gremio y hasta el año pasado uno de los sindicalistas más cercanos al Gobierno, le había cursado la invitación hace un par de semanas. Ella la había aceptado. Todo antes de que estallara el escándalo de los cuadernos de las coimas. Cerca de Cristina confirmaron que la agenda se mantiene sin alteraciones pese al cimbronazo que hizo temblar todo el tablero político.
La disertación de la expresidenta se enmarca en un programa de capacitación de 400 cuadros dirigenciales del sindicato. Al frente de la iniciativa está el expresidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, quien tendrá a su cargo la apertura de la jornada.
Además de Cristina, entre mañana y pasado mañana pasarán por el camping de los mecánicos en Cañuelas el padre Carlos Accaputo, responsable de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires, y el periodista Iván Schargrodsky. También está invitada la ex-CEO de Aerolíneas y de General Motors Isella Costantini, pero todavía no está confirmada su presencia.
Otro dirigente invitado que aún no confirmó si asistirá es Hugo Moyano. Referentes del sector se ilusionaban ayer con un reencuentro entre Cristina y el jefe del sindicato de camioneros. Sin embargo, sus laderos anticiparon a LA NACION que no tiene previsto ser parte de la actividad.
Si bien Moyano no descarta un encuentro con la expresidenta en breve, considera que la jornada del Smata no es el escenario adecuado para firmar la paz, detallaron en el entorno del jefe camionero.
Para Cristina será una oportunidad para hacer su descargo ante un auditorio amigable.
Tras enterarse de que Bonadio prevé pedir el desafuero de Cristina, los colaboradores de la expresidenta anticiparon que ella no faltará a ninguna audiencia judicial. “Siempre estuvo a derecho y siempre lo va a estar”, dijeron en el entorno de la exmandataria, sin revelar detalles de la estrategia judicial, que podría incluir una recusación del magistrado y un planteo de nulidad de la citación a declaración indagatoria.
En el kirchnerismo insisten en que se trata de un “caso armado” para desviar la atención social de los problemas económicos que atraviesa el Gobierno. Imaginan que ahora comenzará una suerte de “guerra de agendas”, en la que ellos seguirán machacando sobre cuestiones que a su entender afectan la calidad de vida del sector mayoritario de la sociedad.
Fuente: La Nación