Con una mirada por momentos poética para ver qué ocurrió con ese niño que se convirtió en un monstruo asesino, los hermanos Ortega se juntaron para revivir los trágicos hechos de Robledo Puch en los años ’70.
“Todos tenemos un destino. Soy ladrón de nacimiento. No creo en esto es tuyo, esto es mío”, arranca el film El Angel, que se estrena el 9 de agosto. La que suena diciendo esas palabras es la voz en off de Carlitos, encarnado por el actor debutante Lorenzo Ferro. Y lo hace en la primera película de Sebastián Ortega como productor, dirigido por Luis Ortega. El film cuenta la vida de uno de los asesinos seriales más jóvenes de nuestro país: Carlos Eduardo Robledo Puch, un adolescente de imagen angelical de clase media de los años 70, que detrás de la piel de cordero escondía un perverso asesino.
En el inicio del raid delictivo de Carlitos, su padre (Luis Gnecco), un vendedor de lustradoras a domicilio, lo aconseja: “Lo que no tenés… tranquilo. Con esfuerzo te lo vas a ganar”. ¿Cómo puede ser que un adolescente de clase media trabajadora y con núcleo familiar contenedor, con una madre (Cecilia Roth) entrañable y tierna, se convierta en un asesino?
En la línea de Historia de un Clan (Telefé, 2015), Sebastián Ortega, como productor, apostó a la misma estética y música de los años 70, la misma que usó cuando retrató en TV al clan familiar criminal que encabezó Arquímedes Puccio. Pero esta vez hizo foco en un adolescente de aspecto inofensivo, cuya vida criminal ahora llevó a la pantalla grande. Sebastián,multipremiado en TV, hace su debut en la industria del cine y con su hermano como director.