Legisladores provinciales y usuarios del organismo sanitario de la provincia se oponen a la actual regionalización del ente sanitario.
La reestructuración funcional del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) genera más dudas que certezas en los ámbitos de la producción y la industria de alimentos. En especial en Córdoba, donde la decisión de suprimir el Centro Regional y colocar a la provincia dentro de la órbita de la Región Centro –con Santa Fe y Entre Ríos– no ha caído bien.
El malestar no es sólo de los productores y empresarios, sino también de funcionarios y legisladores provinciales que se hicieron eco del reclamo para que Córdoba vuelva a tener autonomía funcional en materia sanitaria.
Las críticas por la determinación del Senasa de subsumir a la provincia dentro de una regional con cabecera en Rosario llegaron a oídos del titular del organismo, Ricardo Negri. Fue durante el último Congreso de Aapresid realizado en Córdoba.
Allí, representantes de la agroindustria, de la mesa de enlace y legisladores le entregaron un proyecto de declaración aprobado por unanimidad por la Legislatura. Entre los fundamentos, la iniciativa provincial sostiene que, si bien se considera “importante la necesidad de evaluar reformas administrativas y funcionales tendientes siempre al mejoramiento de la actividad, en este caso sostenemos que no sería óptimo dejar de contar con el Centro Regional, dado el significado que tiene Córdoba para la actividad agropecuaria del país”.
Quienes participaron de ese encuentro aseguran que Negri se comprometió a evaluar el pedido. Para sus precursores, sólo hay dos caminos: que Córdoba sea la cabeza de la Región Centro o que el nuevo organigrama del Senasa contemple una octava regional, con Córdoba como única integrante.
¿Posible cambio?
El último fin de semana, durante la Exposición de Laboulaye, algunos comentarios indicaban la posibilidad de que el Ministerio de Agroindustria hiciera lugar al pedido de Córdoba, aunque de manera parcial. Si bien no sería a través de una nueva regional, una opción sería con una sede rotativa compartida con la ciudad santafesina.
Quienes impulsan el cambio en la regionalización aseguran que la posición no se reduce a una rivalidad con Rosario. Está fundada en que la agroindustria de Córdoba genera nueve de cada 10 dólares que ingresan a la provincia, y por eso necesita de una estructura de control y fiscalización acorde a ese tamaño.
Lo que tampoco termina de convencer a los usuarios del nuevo Senasa son las lagunas operativas que ha generado la flamante reestructuración.
La falta de un acuerdo con el gremio (Asociación de Trabajadores del Estado), que permita por ejemplo el traslado de personal para afrontar nuevas tareas, impide a la repartición llevar a cabo una reorganización planificada y funcional. “Si no vas a poder trasladar gente de donde sobra para cubrir donde falta, hay que empezar de nuevo con la reformulación”, aseguró con una mueca de fastidio un productor ganadero.
Hay coincidencia, entre autoridades del organismo, productores e industriales, en que el personal técnico debe fiscalizar y dejar de ser administrativo. Sin embargo, si hay zonas del país con oficinas del organismo cerradas y donde existen feedlots y granjas intensivas de cerdos y de pollos, es porque algo salió mal.
Fuente: Agrovoz